Durante el verano, el uso de sandalias puede tener un efecto paradójico: reseca los pies. Para no sufrir este inconveniente, se recomienda aplicar todos los días una crema hidratante. Para obtener mejores resultados, la aplicación debería realizarse en la noche.
Por otra parte, para evitar la aparición de ampollas, es necesario usar calzado cómodo y freso, que permita la ventilación de los pies y que sea de un material que no dañe la piel durante la fricción.
Otro consejo: usar desodorante y antitranspirante para pies. Ojo, hay que usarlos con mesura: aplicar más producto no es garantía de mayor protección. Finalmente, una visita al pedicurista no estaría de más. De hecho, invertir en un tratamiento profesional garantiza resultados óptimos.
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