Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Y luego lo explica: “Es el amor por los demás, como nuestro Señor lo predicó. No es proselitismo, es amor. Amor por el prójimo, levadura que sirve al bien común”. Y agrega Scalfari: “Jesús en su prédica dijo que el ágape, el amor por los demás, es el único modo de amar a Dios. Corríjame si me equivoco”. Dice el Papa: “No se equivoca. El Hijo de Dios se encarnó para infundir en el alma de los hombres el sentimiento de la fraternidad. Todos hermanos y todos hijos de Dios. Abba, como Él llamaba al Padre. Yo os trazo el camino, decía. Seguidme y encontraréis al Padre y seréis todos sus hijos y Él se complacerá en vosotros. El ágape, el amor de cada uno de nosotros hacia todos los demás, desde los más cercanos hasta los más lejanos, es precisamente el único modo que Jesús nos ha indicado para encontrar el camino de la salvación y de las Bienaventuranzas”.
Dice Scalfari: “La exhortación de Jesús es que el amor por el prójimo sea igual al que tenemos por nosotros. Así que lo que muchos llaman narcisismo está reconocido como válido, positivo, en la misma medida del otro”. “A mí” —replica el Papa— “la palabra narcisismo no me gusta, indica un amor desmedido hacia uno mismo y esto no va bien, puede producir daños graves no solo al alma de quien lo padece, sino también en los demás, en la sociedad en la que vive. El problema es que los más golpeados por esto, que en realidad es una especie de trastorno mental, son personas que tienen mucho poder. A menudo los jefes son narcisos”. Bonita reflexión para un país con un ex presidente preso y dos que pueden acompañarlo.
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