22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

En un estudio realizado por una firma de consultores de opinión pública en Buenos Aires aparecen cifras que deberían invitar a repensar sus posiciones a los políticos y, muy especialmente, a los medios de comunicación, y merecerían una reflexión sobre su papel.

Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com

En términos generales, el 58% de quienes respondieron a la entrevista recuerdan alguna política del gobierno argentino que influyó en su vida personal. Son amplios, si nos atenemos a las respuestas, los sectores de la ciudadanía atentos a estas políticas. Dentro de un marco de pregunta “abierta” a la preferencia de los encuestados hay que resaltar que la agenda que pretenden marcar los grandes monopolios mediáticos está prácticamente ausente. Esta agenda, sobre la que baten el tambor dentro de un conjunto de medios electrónicos con gran audiencia y periódicos con altos índices de lectoría, hace hincapié sobre tres temas que, si nos atenemos a los resultados de esta última investigación, figuran en el último escalón de los intereses de la población. Ellos son la corrupción –que solo es destacada por un lánguido 1%–, los bajos salarios –por solo un 0,8 – y la falta de libertad que solo preocupa a un 0.7.

Estos datos son reales a pesar del patético show mediático de Lanata –quien, supongo por ignorancia, apasiona a algunos periodistas locales– y de los titulares y artículos de los diarios Clarín y La Nación, antiguos socios de la dictadura más dramática que vivió la Argentina. Colijo que esta visión, ajena a los medios, indica una independencia de los criterios expuestos masivamente por estos y una saludable disminución de su influencia. Que los ciudadanos se fíen más de su percepción de la realidad, que de aquella que le cuentan es, sin duda, un avance.


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