Nano Guerra García,Opina.21
nano@somosempresa.com.pe
Con una Europa en crisis, pareciera que los roles se hubiesen trastocado en un juego de mesa. Ahora los sudamericanos, los ‘sudacas’ de una época, somos una región avanzando a la prosperidad y, dentro de ella, el Perú es una de las naciones estrella por el sostenido crecimiento económico.
Los peruanos que regresan de visita al país me comentan asombrados que en el Viejo Continente los felicitan cuando se enteran de que son peruanos.
¿Qué pasó? La respuesta es que en el Perú hemos hecho varias cosas correctas hasta ahora, como el no emitir monedas de más, tener un Estado que no quiere ser empresario, la apertura del mercado, el poco proteccionismo, una regulación adecuada y, sobre todo, austeridad.
En Europa, en cambio, hicieron todo lo contrario. Algunos países tienen un Estado sobredimensionado, el gasto es descontrolado y los ciudadanos están acostumbrados al proteccionismo. Algunos países han quebrado en su afán de evitar la caída y se han llevado consigo a las empresas, a los emprendedores y a los ciudadanos.
Esto es tan grave que, en su afán de obtener rentas, Europa es capaz de cobrar impuestos hasta por las recetas médicas o por la compra de una vivienda, como en España o Italia. El aprendizaje es claro: cuidemos el apetito del Estado-Gobierno, pongámosle freno a los políticos que regalan lo que no han producido y dejemos crecer al único que redistribuye de verdad y a largo plazo: el emprendedor. Aprendamos la lección.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.