Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com
Sería menos inmoral que tal cosa ocurriese si los 3,000 millones de desafortunados tuviesen los servicios básicos cubiertos. En suma, si su supervivencia estuviera asegurada. Pero no es así.
La información, que no es nueva, está comenzando, gracias a su difusión, a producir efectos en las conciencias más sensibles. Pero, según Hikel, la situación es peor: “Las 200 personas más ricas tienen cerca de 2.7 billones de dólares, mucho más que los 3,500 millones más pobres, que reúnen solamente 2.2 billones combinados”.
Un informe de OXFAM muestra que “el 1% más rico incrementó sus ingresos en 60% en los últimos 20 años, con la crisis financiera acelerando el proceso en vez de frenarlo, mientras los ingresos del 0.01% superior obtuvieron incluso mayor crecimiento. Durante la Colonia, la brecha entre los países ricos y pobres aumentó de 3:1 a 35:1, en parte por tanta riqueza extraída del sur por las potencias europeas bajo la forma de recursos naturales y mano de obra. Hoy esa brecha llega a casi 80:1. ¿Cómo fue posible?” Debido, en gran parte, a las políticas económicas neoliberales que el Banco Mundial, el FMI y la OMC han impuesto a los países en vías de desarrollo. Estas políticas liberalizan los mercados a las multinacionales dándoles un acceso sin precedentes a tierras, recursos naturales y mano de obra baratos. Los países pobres pierden 500 mil millones de dólares por año de su PIB, según el economista Robert Pollin, de la Universidad de Massachusetts.
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