22.NOV Viernes, 2024
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Clasificados

Roger Torres

La delincuencia en la ciudad de Trujillo rebasó este año todos los límites. Según la Policía, un total de 220 personas han muerto durante el 2013 en la región, en la mayoría de los casos por ajuste de cuentas entre bandas delincuenciales, la disputa del cobro de cupos y asaltos a mano armada. Los peor del caso es que el propio jefe de la Policía en la región, coronel Roger Torres, admitió su preocupación porque las bandas delincuenciales tienen mejor armamento que el personal policial.

Un total de 218 personas fallecieron por la creciente ola delictiva en la región La Libertad en lo que del año, según cifras de la Policía Nacional.

Tras pacientes indagaciones y rastreos efectuados desde 2012, agentes de Inteligencia de la Policía descubrieron que 10 efectivos egresados de la Escuela Técnica Superior PNP de Trujillo tienen vínculos de parentesco o amistad con conocidos delincuentes del depatamento de La Libertad.

Tras pacientes indagaciones y rastreos efectuados desde 2012, agentes de Inteligencia de la Policía descubrieron que 10 efectivos egresados de la Escuela Técnica Superior PNP de Trujillo tienen vínculos de parentesco o amistad con conocidos delincuentes del depatamento de La Libertad.

Una nueva polémica se ha desatado en torno a las populares corridas de toros y a sus numerosos detractores, debido a un anteproyecto del Ministerio de Cultura que considera en la categoría de “artistas” a los banderilleros y matadores, encargados de clavar banderillas en el cuerpo del animal y acabar con su vida.

El hampa no tiene límites. Los extorsionadores han impuesto una nueva modalidad para cobrar cupos a través del hilo telefónico y culpar de sus fechorías a otras personas. Según la Policía, estas bandas suplantan la identidad de ciudadanos y, así, obtienen miles de líneas telefónicas con las que amenazan a sus víctimas.

El hampa no tiene límites. Los extorsionadores han impuesto una nueva modalidad para cobrar cupos a través del hilo telefónico y culpar de sus fechorías a otras personas. Según la Policía, estas bandas suplantan la identidad de ciudadanos y, así, obtienen miles de líneas telefónicas con las que amenazan a sus víctimas.