La violencia psicológica es la que más sucede en el país y su afectación es muy grande, pero actualmente no se mide adecuadamente porque en la sociedad peruana no damos a la salud mental el espacio que merece. Entonces, no reconocemos que podemos ser afectados y que la violencia psicológica nos puede conducir a situaciones de depresión, feminicidio o hasta suicidio. Por eso, hay muchos casos de mujeres que han tenido vidas de horror o de control y sujeción, pero se mantienen con sus parejas hasta el final de sus días, pese a las agresiones.
La terrible realidad de que el Perú ocupa el primer lugar, a nivel de Sudamérica, en delitos de violaciones sexuales, se refleja también en la cifra de abortos por este motivo: 17,591 casos durante el 2012.