Hay negocios en el país que, aparentemente, son inmunes a la desaceleración de la economía del país y un ejemplo de ello es el de la lencería fina.
Adiós a las tallas y diseños estándares. Las mujeres en el Perú, sobre todo las jóvenes que recién ingresan al mercado laboral y las adultas entre los 25 y 35 años de edad, están dispuestas a pagar más por ropa interior de buena calidad y, sobre todo, cómoda.