La imitación de los amigos y compañeros, la curiosidad, el sentimiento de invulnerabilidad y el fácil acceso a las bebidas alcohólicas han desencadenado una terrible realidad: Niños de 10 años iniciándose en el consumo de licor.
Ángel Arroyo aarroyo@peru21.com
ÁNGEL ARROYO aarroyo@peru21.com
Una vivienda del asentamiento humano Villa de los Ángeles, en San Juan de Miraflores, se convirtió en el nuevo escenario de una ‘fiesta semáforo’. La Policía encontró, dentro de esta casa, a 47 adolescentes que bailaban frenéticamente con varias botellas de licor en la mano. Algunos menores, incluso, estaban vestidos con el uniforme de sus colegios.
Si bien los estupefacientes representan un grave peligro para los menores, aún más severo es el consumo de licor, una droga socialmente permitida.
En Huancayo, una joven identificada como Patricia Aparco Carhuacusma (19) confesó, sin ningún remordimiento, que había regalado a su hijo, de solo 4 meses de nacido, porque le estorbaba. “Sí, yo lo dejé porque me aburrió. Quería seguir tomando, vi al borracho y se lo di”, comentó ante la Fiscalía de Familia.
Personal de la División de Familia de la Policía Nacional rescató en Huancayo a un bebé de apenas tres meses que fue regalado por su propia madre que quería dinero para seguir bebiendo licor.