El Papa Benedicto XVI ofreció hoy la última bendición dominical (Ángelus) de su pontificado desde la ventana de su despacho frente a la Plaza de San Pedro, donde se congregaron miles de personas.
“En este momento de mi vida siento que la palabra de Dios está dirigida a mí. El Señor me llama a ‘subir a la montaña’, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación”, dijo un emocionado pontífice ante unos 100,000 fieles que lo interrumpieron en varias ocasiones con aplausos y gritos de “gracias, gracias”.
“Si Dios me pide esto es justamente para que pueda seguir sirviendo a la Iglesia con la misma dedicación y amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de una manera más adecuada a mi edad y a mis fuerzas”, explicó el Papa alemán, quien en abril próximo cumplirá 86 años.
En este momento particular, os ruego que recéis por mí y por la Iglesia, confiando como siempre en la Providencia de Dios.
— Benedicto XVI (@Pontifex_es) 24 de febrero de 2013
El Benedicto XVI, quien abandonará el pontificado el 28 de febrero, un gesto inédito en la historia reciente de la Iglesia, recibió el cariño de la muchedumbre congregada en la explanada, expresado en pancartas y banderas, como una que rezaba en italiano: “Querido Papa, nos vas a hacer falta”.
Pasará sus últimos años dedicándose a la oración, la meditación y la reclusión en un monasterio de la Ciudad del Vaticano.
El Sumo Pontífice tendrá una última presentación en público más, el miércoles en la misma plaza, durante su audiencia semanal.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.