El ideal de independencia en Suecia, que se inició con un manifiesto político en 1972, _La familia del futuro: una política socialista para la familia, se ha conseguido.
Uno de cada dos suecos vive solo, uno de cada cuatro suecos muere solo y nadie reclama su cuerpo, informa el portal madrileño Público.es.
El cineasta ítalo-sueco Erik Gandini repasa este viaje hacia la soledad en su película ´La teoría sueca del amor´, la que ha sido reconocida en varios festivales internacionales, revelando en el filme el verdadero secreto de la felicidad.
“En el mundo occidental puedes ocuparte de ti mismo como si fueras el proyecto más importante del mundo”, expresa el narrador de la laureada película, que sigue este viaje atendiendo a todas las personas que mueren solas.
Una agencia estatal se ocupa de buscar a los familiares de los fallecidos a los que nadie reclama. “No tienes a nadie que te abrace mientras lloras, solo un formulario que rellenar”, dice una de las trabajadoras de la agencia.
Imágenes en blanco y negro de un país que había conseguido ya en los años 70 el bienestar económico deseado dan comienzo a esta película, una autocrítica a la sociedad del bienestar, en la que Gandini se permite un sentido del humor muy especial, un poco de cinismo y una narrativa no del todo convencional.
Todo ello para concluir que el dinero no hace la felicidad. “No es verdad que la felicidad signifique una vida libre de problemas. Una vida feliz implica tener que superar los problemas (…). Llegas al momento de felicidad cuando ves que has podido controlar los retos del destino. La felicidad de haber superado las dificultades”, sentencia en el final del filme el reconocido sociólogo polaco Zygmunt Bauman.
“El vacío de la vida”
´La teoría sueca del amor´ revela la existencia de grupos y comunidades que se han ido a vivir a los bosques buscando la felicidad que no tenían. También muestra las batidas de voluntarios que buscan a personas desaparecidas todos los fines de semana y los elevados índices de suicidios que se registran.
La nueva vida del doctor Erichssen, un cirujano sueco hoy en un hospital de campaña en Etiopía – “aquí he encontrado un sentido a la vida”-, y las palabras del sociólogo Bauman terminan, finalmente, por despejar la clave de la verdadera felicidad.
“Los suecos han perdido las habilidades de la socialización. Al final de la independencia no está la felicidad, está el vacío de la vida, la insignificancia de la vida y un aburrimiento absolutamente inimaginable”.
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