El Vaticano “sistemáticamente” adoptó políticas que permitieron a sacerdotes violar y acosar a miles de niños a lo largo de décadas, denunció hoy un comité de derechos humanos de la ONU, que también llamó a la Santa Sede a abrir sus archivos de pedófilos y los obispos que ocultaron sus crímenes.
En un devastador informe, el comité criticó severamente al Vaticano por sus actitudes hacia la homosexualidad, la planificación familiar y el aborto, y pidió que se revisen sus políticas para asegurar que se protejan los derechos de los niños y su acceso a la salud. El Vaticano rápidamente objetó el reporte.
[Vaticano reconoce ante la ONU casos de pedofilia en la Iglesia Católica]
“La Santa Sede puso la reputación de la Iglesia y la protección de los responsables siempre por encima de los intereses de los niños afectados”, aseguró la presidenta del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, Kirsten Sandberg.
“Los responsables tienen que ser entregados sin demora a la justicia”, exigió el organismo. Los expertos piden que se involucre a las víctimas y a los organismos de derechos humanos y además que haya regulaciones vinculantes en el derecho canónico que protejan mejor a los niños en todas las instituciones católicas del mundo.
“Esperamos que la Santa Sede y su titular, el Papa Francisco, sigan nuestras recomendaciones”, dijo Sandberg.
[Papa Francisco: Escándalos de pedofilia son una vergüenza para la Iglesia]
El comité emitió sus recomendaciones tras someter a un enviado del Vaticano a un interrogatorio que duró un día entero el mes pasado en el marco de la revisión a la forma en que el Vaticano cumple con lo establecido en la Convención sobre los Derechos de los Niños de la ONU, el tratado clave que protege las garantías de los menores, ratificado por la Santa Sede en 1990.
Fundamentalmente, el comité rechazó el argumento de larga data del Vaticano de que no controla a los obispos o sus sacerdotes abusivos, al afirmar que la Santa Sede era responsable de aplicar tratados no sólo en el Estado de la Ciudad del Vaticano, sino en todo el mundo “como el poder supremo de la Iglesia Católica a través de las personas y las instituciones puestas bajo su autoridad”.
La ONU fustigó el “código de silencio” que se adoptó para silenciar a las víctimas y dijo que la Santa Sede “sistemáticamente privilegió la preservación de la reputación de la Iglesia y el presunto ofensor sobre la protección de los niños”. Pidió a la jerarquía católica que compense a las víctimas y llame a rendir cuentas no solo a quienes abusaron sino también a quienes encubrieron los crímenes.
“El comité está sumamente preocupado de que la Santa Sede no ha reconocido el alcance de los crímenes cometidos, no ha tomado las medidas necesarias para atender los casos de violaciones contra niños y proteger a los menores, y ha adoptado políticas y prácticas que llevaron a la continuación del abuso y la impunidad de quienes lo perpetraron”, dice el informe.
Pidió que la naciente comisión papal para investigar los abusos realice una indagatoria independiente de todos los casos de abuso cometidos por sacerdotes y de la forma en que la Iglesia respondió, también llamó al Vaticano a establecer reglas claras para reportar esos casos en forma obligatoria ante la Policía e impulsar leyes que permitan a las víctimas reportar crímenes aún después de vencido el plazo para denunciar los hechos.
Ningún obispo ha sido sancionado por proteger a sacerdotes que cometieron violaciones y no fue sino hasta 2010 cuando la Iglesia les ordenó denunciar a estos ante la Policía en los sitios donde la ley lo requiere.
Autoridades del Vaticano reconocen que la responsabilidad de los obispos sigue siendo un problema y sugieren que la situación podría cambiar bajo el mando del Papa Francisco.
LA RESPUESTA DEL VATICANO
El Vaticano reaccionó a las críticas de la ONU asegurando a través de su portavoz, Federico Lombardi, que la Iglesia “ha trabajado y trabaja” sobre el tema.
“Es un asunto sobre el que la Iglesia ha trabajado y trabaja. Ha sido un duro banco de prueba”, dijo el portavoz de la Santa Sede Madrid, donde participó en una reunión de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
La Iglesia, aseguró Lombardi, afronta las acusaciones de la ONU con una “exigencia de transparencia”. Recordó que en los próximos días el Vaticano expondrá el funcionamiento de la comisión creada por el papa Francisco para prevenir estos abusos.
“Tenemos que explicar cuál es nuestra posición, los términos reales de los problemas, los errores y los crímenes que tenemos que condenar”, afirmó.
Por su parte, el representante del Vaticano, monseñor Silvano Tomasi, denunció “distorsiones” en el duro informe de la ONU que critica el comportamiento de la Iglesia de cara a los curas pedofilos.
“El documento no ha sido actualizado, le falta una perspectiva correcta”, “parece preparado de antemano”, aseguró Tomasi en una entrevista a Radio Vaticano, quien considera que los hechos han sido “distorsionados”.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.