A propósito del 70 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, rescatamos del archivo uno de nuestros recientes artículos que abordó un aspecto poco tratado sobre los crímenes cometidos durante dicho conflicto.
Alrededor de 860 mil mujeres alemanas fueron agredidas sexualmente en meses posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial, según una investigación de la historiadora alemana Miriam Gebhardt.
El revelador estudio, citado por el diario español El Mundo, pone por primera vez cifras a las violaciones de las que fueron víctimas las alemanas en el periodo postguerra, cuando los aliados invadieron el territorio alemán con el fin de imponer la paz.
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La documentación concluye que la mayoría de estas agresiones fueron cometidas por soldados rusos. Pero la escalofriante cifra guarda un detalle aún más horrendo, desconocido hasta el día de hoy.
Del número total, 190 mil agresiones sexuales fueron cometidas por soldados estadounidenses, de quienes la propaganda ha dejado marcada en el ideario colectivo alemán la imagen de ‘amigo americano’ incapaz de cometer crímenes de guerra.
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“Pero estas cifras son sólo la punta del iceberg. La cifra oscura seguramente es muy superior al doble porque muchas mujeres y niñas prefirieron no hablar nunca de ello por vergüenza”, comenta Gebhardt al diario español.
No existe un registro ‘oficial’ sobre estos crímenes cometidos durante la ocupación. Según explica la investigadora la mayoría de estos datos fueron recopilados de informes de la Iglesia.
“Partiendo de que el 5% de los “niños de la guerra” nacidos de mujeres no casadas en Alemania y Berlín Occidental a mediados de la década de 1950 fueron el producto de una violación, da un total de 1,900 niños de padres estadounidenses”, explicó la investigadora.
“Atendiendo además a la estadística de la que se desprende que por cada nacimiento cabe suponer 100 violaciones, aparecen como resultado los 190 mil casos”, agrega la investigadora.
De estos documentos también se observa que la mujer violada con menor edad fue una niña de 6 años (que terminó muriendo de una enfermedad venérea) mientras que la mayor fue una anciana de 65 años.
“Esas mujeres han fingido que no ocurrió o han guardado silencio durante décadas por vergüenza. Es un síntoma común en la mayor parte de víctimas”, refirió Gebhardt quien hizo hincapié que con su informe busca denunciar la crueldad con la que fueron tratadas las mujeres durante este periodo bélico y que hasta ahora no ha sido esclarecido.
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