El primer ministro japonés, Shinzo Abe, convocó unas elecciones anticipadas para diciembre y aplazó hasta 2017 una subida de impuestos prevista para 2015, en la búsqueda de un nuevo mandato para las reformas con las que intenta poner fin a dos décadas de estancamiento económico en Japón.
A pesar de esas políticas, la economía japonesa entró en recesión el trimestre pasado, después que un aumento al impuesto sobre las ventas en abril aplastara el gasto de consumidores y empresas.
Eso obligó a Abe a retrasar la segunda subida, prevista para octubre del próximo año, hasta abril de 2017.
El primer ministro informó además que el próximo viernes 21 disolverá la Cámara Baja del Parlamento nipón, en la que cuenta con una abultada mayoría.
Abe quiere una elección tan pronto como sea posible, lo cual sería a mediados de diciembre, para buscar la aprobación pública a su política fiscal y a sus políticas de “Abeconomía”, de flexibilización monetaria extrema, fuerte gasto público y reformas económicas.
“Me doy cuenta de esta elección va a ser dura, pero necesito escuchar la voz del pueblo”, dijo Abe en una conferencia de prensa. “Voy a renunciar si no logramos mantener nuestra mayoría, porque eso significaría que el pueblo ha rechazado nuestra Abeconomía”.
Unas elecciones adelantadas puede parecer una decisión desconcertante, dado que Abe lleva apenas la mitad de su mandato y las noticias económicas más recientes son deprimentes.
Sin embargo, los Liberal Demócratas tienen ahora una sólida mayoría en el gobierno y esperan consolidar su poder, en un momento de debilidad y desorganización entre los partidos de oposición.
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