La ola de violencia entre Israel y Palestina continúa creciendo. Una ofensiva aérea israelí causó ayer la muerte de una mujer palestina, embarazada de cinco meses, y de su hija de tres años en Gaza. Las víctimas fallecieron tras derrumbarse su vivienda, debido a la elevada potencia del bombardeo.
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Según el portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, Ashraf Al Qedra, otros cuatro miembros de la familia resultaron heridos. El bombardeo, el segundo con cohetes en los últimos dos días, se produjo después de que los escudos antiproyectiles de Israel interceptaran un misil lanzado por milicianos palestinos.
En paralelo, un adolescente de 13 años falleció por un impacto de bala en el cuello durante una manifestación en el campo de refugiados Al Jalazon, en la ciudad cisjordana de Ramala.
*“DESEO DE VIOLENCIA”
Tras conocerse el bombardeo en Gaza, el movimiento islamista Hamas instó a Israel a que no continúe “con esta locura” que demuestra “el deseo de la ocupación de una escalada violenta”.
Con las tres víctimas mortales de ayer, ya se elevan a 23 los palestinos muertos desde que se iniciaran los disturbios el pasado 1 de octubre.
SON 66 LOS HERIDOS
También continúan en aumento otros disturbios entre las tropas israelíes y civiles palestinos. Al menos 66 personas resultaron heridas por fuego israelí durante las manifestaciones contra Israel que tienen lugar por undécimo día consecutivo en Jerusalén Este, Cisjordania y Gaza.
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Los principales enfrentamientos a lo largo de la jornada se produjeron cuando cientos de jóvenes palestinos acudieron a las posiciones israelíes para arrojarles piedras, cocteles molotov y neumáticos ardiendo.
También un presunto ataque suicida tuvo lugar en Jerusalén, en el que un coche explotó en plena calle. La conductora del vehículo, palestina, resultó herida de gravedad.
DATOS
- El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aprobó una ley que impone condenas a los que lancen piedras y bombas incendiarias.
- Las tropas israelíes emplearon munición real, balas de plástico y gas lacrimógeno para sofocar las protestas violentas que estallaron en Cisjordania y Jerusalén Oriental.
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