Suenan las alarmas por misiles en Tel Aviv (Israel) y la gente corre a refugiarse en las escaleras de las casas, junto a sus automóviles o en el refugio más próximo. Las sirenas se escuchan durante 90 segundos y después, un ruido ensordecedor. El sistema antimisiles Cúpula de Hierro (Iron Dome) ha interceptado el cohete. Pueden respirar tranquilos.
¿CÓMO FUNCIONA?
El sistema de defensa se activa cuando un cohete procedente de la Franja de Gaza amenaza con impactar en una zona habitada de Israel. Poco después, se produce un estallido en el cielo: la Cúpula de Hierro ha derribado el cohete, del que solo quedan trozos que ya no pueden explotar, aunque sí herir a la gente.
Este sistema comenzó a operar cerca de Beersheba, una ciudad al sur de Israel en abril del 2011. Fue desarrollado por la empresa israelí Rafael Advanced Defense Systems y contó con la colaboración de los EEUU.
Actualmente, en territorio israelí hay ocho baterías antimisiles, las que en conjunto integran el escudo. Cada batería está compuesta por un centro de control, un radar y tres lanzadores con 20 misiles cada uno.
Desde la noche del lunes los milicianos palestinos dispararon más de 690 cohetes contra Israel. La mayor parte de ellos cayeron en campo abierto, pero la Cúpula de Hierro interceptó 140 de estos cerca de grandes ciudades.
POBLACIÓN SE SIENTE SEGURA
La técnica no es perfecta y puede fallar al interceptar algún proyectil. Pero según el Ejército, en la actual ola de violencia ha funcionado correctamente en casi el 90% de los casos, interceptando cohetes dirigidos al aeropuerto de Ben Gurion, el centro de Tel Aviv e incluso la central nuclear de Dimona.
Este sistema antimisiles ha cambiado también la psicología del conflicto. Mientras en la Franja de Gaza deben contar sus muertos tras cada ataque israelí, en Israel todavía no se reportó ningún muerto directamente relacionado con el lanzamiento de cohetes. “Con la Cúpula de Hierro la población se siente segura”, afirma Jossi Kuperwasser, director general del Ministerio Israelí para Asuntos Estratégicos. “Y al gobierno le proporciona tiempo”, agrega.
Si hubiese habido víctimas israelíes, la presión sobre el gobierno sería mayor, explica.
Atrás han quedado ya las discusiones sobre el sentido o sinsentido del sistema antimisiles. Hace unos años se criticaba su elevado costo, pues según la prensa cada disparo cuesta unos US$20,400. Además se creía que la milicia radical palestina Hamas encontraría pronto la manera de burlar la Cúpula de Hierro. Pero cuatro años después de que comenzase a funcionar, muchos israelíes se sienten hoy seguros gracias a ella.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.