Lucy, la Australopithecus afarensis que fue encontrada en 1974 en Etiopía y que es considerada el ancestro de la humanidad más famoso, probablemente murió de las fracturas que sufrió al caerse de un árbol.
Así lo indica un estudio que ha indagado a profundidad sus huesos después de 3.2 millones de años, y que esta semana publica la prestigiosa revista Nature.
“Hemos sido los primeros en proponer una causa para explicar la muerte de Lucy”, aseguró el paleoantropólogo John Kappelman, de la Universidad de Texas en Austin (EEUU) y autor principal del estudio, a El Mundo .
Lucy fue bautizada así porque en el campamento de los investigadores que la encontraron, en Adís Abeba, sonaba repetidamente la canción de los Beatles Lucy in the Sky with Diamonds.
Es una hembra de apenas 1,10 metros de estatura que combinaba rasgos de los humanos modernos con características de los chimpancés.
Las fracturas responsables de que el equipo concluya que Lucy murió al precipitarse desde una gran altura —añade el investigador— eran claramente perimortem, es decir, que las heridas que presentaba no fueron hechas tras su muerte.
Como los chimpancés
“Los chimpancés hacen nidos para dormir en los árboles, utilizándolos para esconderse de los depredadores. Podría haber ocurrido perfectamente que Lucy se protegiera en los árboles de los depredadores y en un momento determinado cayera”, señala por teléfono Robert Sala, arqueólogo y director del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES).
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