Por primera vez en la historia de Estados Unidos, la mitad de los congresistas son millonarios, según el análisis de una asociación que investiga la influencia del dinero en la política, que agrega que no existen diferencias entre demócratas y republicanos.
Al menos 268 de los 534 integrantes del Senado y la Cámara de Representantes tuvieron un ingreso neto de un millón de dólares o más en 2012, el año de referencia para la declaración de rentas del 2013, con un ingreso medio de US$1’008,767, indica el análisis del Centro para Políticas Responsables, disponible en OpenSecrets.org.
Republicanos y demócratas están casi en iguales condiciones: los legisladores demócratas tienen un ingreso medio de US$1.04 millones anuales, contra un millón de sus adversarios políticos.
Sea cual sea el partido, los ingresos aumentaron en un año, con US$990,000 declarados en 2012 para los demócratas y US$907,000 para los republicanos.
El legislador más rico es el representante Darrell Issa, republicano de California que hizo una fortuna con su sistema antirrobos para coches Viper, y obtuvo entre US$330 y US$598 millones de ingresos netos.
El más pobre es su colega David Valadao, también republicano de California, cuya granja familiar tiene US$12.1 millones de deudas.
Los sondeos “muestran que los estadounidenses están descontentos con sus legisladores”, observó Sheila Krumholz, directora del Centro, pero “esto no cambia nuestro deseo de elegir a personas con fortunas que lleven nuestras inquietudes al Congreso”.
“Es innegable que en nuestro sistema electoral los candidatos deben tener acceso al dinero para llevar adelante buenas campañas”, añadió.
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