El soldado del Ejército de EEUU Iván López, que estuvo destacado en Irak, fue el autor de los disparos que ayer mataron a tres personas e hirieron a otras 14 en la base de Fort Hood (Texas), donde –tras perpetrar el ataque– se suicido.
El legislador Michael McCaul, de Austin, republicano, y que preside el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, confirmó la identidad del soldado.
Por su parte, el teniente general Mark Milley, el jefe de mayor rango en esa amplia base, dijo que el atacante había sido evaluado por trastornos de estrés postraumático, pero que no se había confirmado el diagnóstico.
Las fuentes militares, sin embargo, no han confirmado que López haya sido el atacante, en cumplimiento de los protocolos según los cuales primero se procura notificar a los familiares de personas fallecidas.
En la misma base militar a fines de 2009 el mayor de Ejército Nidal Hasan, un psicólogo militar, asesinó a 13 personas e hirió a más de 30 en otro episodio de violencia, antes de ser capturado.
Según fuentes de la base citadas por los medios, López vestía el uniforme estándar de camuflaje cuando supuestamente entró en un edificio de la base y abrió fuego.
Luego, el atacante, que portaba una pistola semiautomática calibre 45, volvió a su vehículo, hizo más disparos desde el auto y después disparó contra otro inmueble del recinto.
Milley dijo que acto seguido López se suicidó cuando se encontró con soldados de la policía militar.
El atacante había llegado a Fort Hood en febrero desde de otra instalación militar estadounidense, por lo que las autoridades de Texas sabían poco sobre él.
El diario Dallas Morning News indicó que López era casado y que había prestado servicio durante cuatro meses en Irak, como conductor de camiones, en 2011.
Excepto los miembros de la policía militar, los soldados destinados en Fort Hood y en todas las bases militares de Estados Unidos no están autorizados a portar armas, ya sean militares o de propiedad personal, mientras están dentro de las instalaciones.
Las restricciones sobre el porte de armas personales se ampliaron después del ataque de 2009 y una serie de suicidios en Fort Hood, que es la base de unidades blindadas en servicio activo más grande del país y una de las mayores de EEUU en todo el mundo.
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