El Gobierno de Cuba anunció que eliminará la necesidad de que sus ciudadanos residentes y emigrados tengan que obtener un permiso especial de salida antes de viajar al exterior.
A partir del próximo 14 de enero, los cubanos solo necesitarán un pasaporte y el visado del país de destino para salir de la isla, anunció el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
La reforma migratoria, uno de los cambios más anhelados desde que Raúl Castro asumió el poder en 2006, deja sin efecto la presentación de una carta de invitación para tramitar la llamada “carta blanca” que los cubanos necesitan desde hace décadas para viajar al exterior.
Al mismo tiempo, el régimen cubano dejó entrever posibles restricciones para grupos profesionales como los médicos. “Se mantendrán medidas para preservar el capital humano creado por la Revolución”, detalló el texto publicado a todo página en la portada del diario oficial Granma.
La medida también extiende el tiempo que los cubanos pueden permanecer en otros países, de once meses a dos años.
“Los barrotes insulares se corren? Hurraaaaaaa!!!!”, celebraba en Twitter la conocida bloguera disidente Yoani Sánchez, que aseguraba que tiene “la maleta lista” para “estrenar” la ley en enero.
Sánchez ha intentado en vano obtener un permiso para viajar al exterior en una veintena de ocasiones, pese a que cuenta con visados de varios países.
La nueva ley de Migración apunta a restricciones que podrían afectar a grupos profesionales, pero también a opositores políticos. Determinados ciudadanos no podrán obtener el pasaporte “cuando razones de Defensa y Seguridad Nacional así lo aconsejen”, reza el artículo 23.
El texto también excluye la obtención del pasaporte para personas que tengan “obligaciones con el Estado cubano o responsabilidad civil” o “cuando por otras razones de interés público, lo determinen las autoridades facultadas”.
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