AFP
Sus amigos lo conocen como un astuto jugador de póquer, y esta vez el presidente colombiano Juan Manuel Santos está apostando su reelección a una sola carta fuerte: el proceso de paz con las FARC mediante el diálogo.
Su habilidad será puesta a prueba en la segunda vuelta electoral de este domingo, a la que llega cabeza a cabeza en las preferencias con su rival Óscar Iván Zuluaga, que ideológicamente se encuentra más a la derecha.
Santos quiere pasar a la historia como el hombre que acabó con un conflicto de medio siglo que ha costado más de 200,000 vidas, y cree que mantener el diálogo el grupo terrorista es la solución. Sin embargo, en más de un año y medio de negociaciones en La Habana solo se ha logrado un puñado de acuerdos parciales.
“¡No más guerra, no más guerra! Con paz haremos más”, dijo en la recta final de la campaña en la que no ahorró esfuerzos para referirse a Zuluaga, quien critica la negociación de paz, como el candidato de la guerra.
Como ministro de Defensa del expresidente Alvaro Uribe del 2006 al 2009, y después como mandatario, Santos fue responsable de duros golpes militares en los que murieron varios comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Aunque llegó a la presidencia como heredero político de Uribe, Santos se distanció de las políticas contra las FARC del exmandatario, a quien acusó hace poco de querer manejar a todo el mundo como un “títere”. Uribe hoy apoya a Zuluaga y se opone a toda costa a que Santos retenga el poder.
Uribe dice que el presidente es un oportunista que está haciendo demasiadas concesiones a las FARC para llegar a un acuerdo. Otros colombianos creen que Santos es “un niño rico” pero que está haciendo el esfuerzo por acabar con el conflicto.
De ganar un nuevo mandato, Santos promete hacer una reforma a la justicia, una al sistema de pensiones y otra al sistema de salud. Todos esos cambios le quedaron en el tintero, a pesar de su largas jornadas de trabajo.
ZULUAGA Y SUS PROPUESTAS
Si el presidente de Colombia Juan Manuel Santos apuesta su reelección al éxito de las negociaciones de paz con las FARC, Zuluaga se la juega por un profundo cambio del proceso que podría llevarlo al colapso.
El economista de 55 años que defiende la antigua doctrina de mano dura de su padrino político, el expresidente Alvaro Uribe, disputa palmo a palmo con Santos la segunda vuelta de la elección presidencial del domingo. “Nuestra candidatura representa a millones de colombianos que no se arrodillan ante el terrorismo”, subrayó.
“Somos amigos de la paz, pero basada en la justicia”, sostiene el candidato que pide cárcel para los mandos de las FARC y que se opone a la posibilidad de que puedan ser congresistas.
Antes de la primera vuelta, la campaña de Santos lo acusó de querer sabotear el proceso de paz con FARC.
La prueba, dicen, es un video que muestra a Zuluaga aparentemente recibiendo información de inteligencia militar sobre las negociaciones de paz de manos de un hacker.
Pero el ex ministro de Hacienda de Uribe, que en el video se ve escuchando una presentación con información al parecer clasificada, dijo que era un “vulgar montaje político”.
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