Un juez especial de Chile dictó prisión a 19 antiguos agentes de la dictadura de Augusto Pinochet por secuestros calificados de 16 opositores al régimen y el homicidio de otro en el año 1976.
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Los opositores eran dirigentes del Partido Comunista que actuaban en la clandestinidad y fueron apresados en un operativo que tenía como fin su exterminio. Ello se estableció en el proceso del juez Leopoldo Llanos, de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Estos opositores, según la agencia EFE, terminaron sus días en el cuartel Simón Bolívar, un lugar secreto que se supo hace pocos años y donde se sabe que ningún prisionero salió con vida.
En ese lugar, los prisioneros fueron ultimados a palos, con inyecciones de cianuro, en sesiones de tortura e incluso con gas sarín. Así lo comentó un miembro arrepentido de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional).
Los cadáveres eran envueltos en sacos, atados a rieles y trasladados a campos militares donde se les subía a helicópteros y eran lanzados al mar, aunque también hubo incineraciones en los mismos terrenos del Ejército, en minas abandonadas o en otros lugares.
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