Las protestas en Brasil consiguieron un importante triunfo luego de que el Senado aprobara el proyecto que transforma el delito de corrupción en un “crimen atroz”, equivalente al del homicidio común.
Con la nueva ley, los condenados por corrupción tendrán penas mucho mayores que pueden llegar a los 12 años de cárcel. Pierden también el derecho a la amnistía, indulto y pago de fianza para dejar la cárcel y los condenados tendrán mayores dificultades para obtener la libertad condicional.
La norma fue aprobada 48 horas después de que la presidenta Dilma Rousseff manifestara su deseo de que el texto, que permanecía en el Congreso desde 2011, fuera adoptado rápidamente.
El concepto de corrupción engloba la corrupción activa y pasiva; la extorsión llevada a cabo por servidores públicos, incluso fuera de su función; el peculado, es decir, la corrupción perpetrada por servidores públicos, así como el cobro de tributos indebidamente.
Lo que más ha llamado la atención de la opinión pública es que un proyecto que dormía en el Senado desde hace dos años fue aprobado a la velocidad de la luz. Los senadores han confesado que dicha aprobación relámpago supone “una respuesta a la principal reivindicación de las protestas en todo el país.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.