La Policía Militar de Brasil anunció que a partir del lunes 2 de junio saldrán a la calles de Río de Janeiro 1,600 soldados recién formados para reforzar el patrullaje en toda la ciudad, especialmente en las principales avenidas.
El operativo es parte de la estrategia para disuadir las numerosas protestas contra el Mundial Brasil 2014 que provocan más de un dolor de cabeza a los responsables de la seguridad del país, quienes recibieron duros reproches de Dilma Rousseff.
Este martes se prevé un amistoso entre Brasil y Panamá en Goiania, por lo que la decisión de Rousseff de relevar a la Policía y promover el uso del Ejército para custodiar a los equipos tendrá su primer ensayo.
En la víspera, el exfutbolista Ronaldo dijo que las autoridades deben reprimir las posibles protestas violentas que puedan surgir durante el Mundial e instó a la Policía a “hacer caer las porras” sobre los vándalos.
La selección de Luiz Felipe Scolari debe viajar este fin de semana desde la Granja Comary, en Teresópolis hacia la sede del partido. Aún no se sabe cuándo será el traslado, y es probable que sea una sorpresa para evitar que posibles manifestaciones.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública afirmó que no se prohibirán las manifestaciones en las calles, pero sí que serán limitadas.
“Si fuera necesario, usaremos progresivamente la fuerza. No está descartado el empleo de balas de goma como último recurso. No podemos permitir los bloqueos que atrasen el evento”, advirtió Roberto Alzir, subsecretario de Grandes Eventos de la secretaría.
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