Fritz Du Bois,La opinión del director
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En realidad fue una farsa la reunión de la Comisión de Fiscalización. Más aún, el que se haya presentado el exmandatario sin su abogado a prestar una declaración que bien podría traer como consecuencia una acusación penal contra él, confirma que existió un acuerdo de antemano para postergar su presentación. Nadie en su sano juicio se va a correr el riesgo de exponerse a la ligera ante una complicada investigación por lavado de activos sin estar debidamente asesorado.
Por ello, es evidente que lo que ha buscado Toledo es ganar algo de tiempo y tratar de evitar que deserten todos sus partidarios. Así, al mostrarse físicamente en el país, aunque sea solo por un par de días, le está diciendo al electorado que no se ha fugado y que ha venido para responderle al país, pero que “no lo han dejado”.
Incluso, la estrategia parece adecuada en el corto plazo frente a una situación muy difícil en la cual su popularidad viene en caída libre, pero la explicación para frenarla es poco creíble. En todo caso, es probable que haya logrado que su credibilidad no siga colapsando y que parte de la población le dé el beneficio de la duda por lo menos hasta que tenga que retornar nuevamente al ser formalmente citado.
Por otro lado, es la segunda vez que Toledo recurre al recurso de ‘llegar, decir algo y salir muy rápido’, el cual creemos que se ha agotado. Consideramos que la opinión no soportaría una tercera mecida en un asunto tan delicado. Por lo que, si no tiene argumentos válidos para aclarar su posición cuando se presente en octubre ante la comisión, ni el Señor de los Milagros podrá salvarlo y, en ese momento, políticamente estará sepultado.
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