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Opinión

Lo que debió ser, por el aniversario de la captura de Abimael Guzmán, una semana de la cual debería emanar una cruzada nacional contra un Sendero que está resucitando, terminó dándole una desastrosa ventaja mediática a los terroristas y sus allegados.

Fritz Du Bois,La opinión del director
Lo que debió ser, por el aniversario de la captura de Abimael Guzmán, una semana de la cual debería emanar una cruzada nacional contra un Sendero que está resucitando, terminó dándole una desastrosa ventaja mediática a los terroristas y sus allegados. Es evidente que fue una gran equivocación el apresuramiento en presentar, como una victoria militar, la captura de dos presuntas terroristas acompañadas de tres niños sin conocer, en detalle, lo que había ocurrido. Luego, tuvimos enredadas presentaciones de los ministros de Defensa e Interior intentando explicar el operativo que confundieron aún más en lugar de aclararlo y terminaron cuestionados.

Si bien para una administración ansiosa por demostrar resultados siempre existe la tentación de armar un sicosocial a lo Montesinos con cada acción en el Vraem, después de tanto error por la precipitación –desde la operación Libertad– uno hubiera pensado que ya habrían aprendido la lección. El costo de las manipulaciones y de las medias verdades es bien alto. Por otro lado, el resurgimiento de voces denunciando la violación de derechos humanos no bien la operación militar se había llevado a cabo –evidentemente sin poder todavía conocer lo que realmente había sucedido– también nos dejó una sensación de que eran episodios que ya hemos sufrido en el pasado y que tanto nos han costado.

Sin embargo, lo que pasó a segundo plano con el asunto de la niña que murió en la acción, es el hecho que 85 por ciento de los terroristas que fueron apresados ya han sido liberados. Por lo que tenemos 3,400 militantes experimentados de vuelta en las aulas enseñando, en los sindicatos complotando, en el monte emboscando, en los frentes regionales protestando, y el Estado no tiene ninguna capacidad para siquiera tenerlos ubicados.

Así que en realidad, no es ninguna sorpresa que Sendero esté reapareciendo. Es la inevitable consecuencia de haberles retornado miles de soldados para facilitarles que se hayan reagrupado. En cualquier otra parte no se hubieran excarcelado terroristas hasta que estuvieran en edad de ser jubilados, aquí estamos regresándole al enemigo cuadros de solo cuarenta años. Así que es seguro que el arduo trabajo de hace veinte años va a tener que ser reeditado ya que muchos de ellos, sin duda, tendrán que ser nuevamente capturados y encarcelados.

Al final, lo único que tenemos claro es que el país requiere con urgencia que el gobierno desarrolle una estrategia integral contra Sendero en todos los campos. Caso contrario, corremos el riesgo de repetir la pesadilla que pensamos que habíamos enterrado.


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