Que sí, que no, eso no lo decido yo

Fritz Du Bois,La opinión del director
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Ello debido a que el espectro de la reelección conyugal ya se ha convertido en una carga que este gobierno está arrastrando y que se volverá más pesada a medida que la falta de definición aumenta el temor de los ciudadanos. Sin duda, la posibilidad de los Humala perpetuándose en el cargo es el mayor riesgo que la democracia peruana está enfrentando.

Incluso, señales del uso proselitista del Estado aparecen a diario. Así tenemos la denuncia de las donaciones distribuidas en las regiones que conforman el electorado de tres parlamentarios. Dichos miembros del oficialismo –nadie en la oposición ha sido beneficiado con alguna donación– repartieron como si fuera suya mercadería que la Sunat había incautado. Desde televisores a color hasta ropa interior, pasando por casacas de diseñador, eran artículos que deben de haber recibido con agradecimiento no solo los pobres extremos, sino cualquier poblador al que se los hayan entregado.

Por otro lado, no tiene sentido la explicación del mandatario acerca del transporte ‘gratuito’ que ofrecen ‘generosamente’ los legisladores porque, en el Congreso, hasta el último centavo de gasto lo pagamos todos los peruanos. Además, insiste en responder en tono burlón a temas que son muy serios. En realidad, no parece entender que el momento de la ‘chacota’ para referirse a la preocupación con la reelección ya ha pasado.

Más bien, estamos en una situación en la cual la inestabilidad que la eventual candidatura de su esposa está creando afecta la inversión y el crecimiento. Por lo que cuanto más demore Humala en desechar esa posibilidad, mayor será el deterioro de su propio mandato y su futuro político será el gran perjudicado.