Fritz Du Bois,La opinión del director
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Primero tuvimos a la ministra de Educación tirando al tacho la reforma del profesorado a fin de congraciarse con el Sutep. Acto por el cual, de seguro, esperaba recibir de la cúpula de ese sindicato algún reconocimiento, ya que le está obsequiando un ‘triunfo’ sindical que les facilitará el seguir entornillados en sus cargos.
Sin embargo, lo único que ha recibido en agradecimiento es una huelga indefinida que está camino a lograr que millones de escolares pierdan el año.
Más aun, con Sendero tratando de copar el sindicato es poco probable pensar que los actuales líderes se flexibilizarán, sino todo lo contrario. Van a tratar de mostrar que son más intransigentes que los dirigentes más radicales que están intentando reemplazarlos.
En realidad, aún no entendemos qué llevó a la ministra a destruir una reforma tan fundamental para enmendar el desastroso rumbo de la educación pública que se imparte a los peruanos. Pero lo más ridículo del caso es que lo ha hecho sin lograr absolutamente nada a cambio por parte del sindicato.
Con ello, la Sra. Salas competirá con el Sr. Ayzanoa – quien también regalaba favores al Sutep sin exigir esfuerzo o resultados– por el galardón de ser el titular del sector que más daño ha causado.
Ahora, para completar el papelón generalizado, tenemos al presidente del Congreso intentando montarse al coche de la huelga del profesorado, subiéndose al estrado en Arequipa y siendo rechazado por los huelguistas gritando que ya quisieran que los maestros ganen igual que los parlamentarios.
Así que la falta de criterio frente al profesorado parece un mal endémico de los que están vinculados a este gobierno. Al final, quienes pagarán serán los millones de peruanos que seguirán pasando por 12 años de colegio sin ser educados.
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