No es la primera vez que ocurre. Greta, nuevamente, se ha quedado sin experimentar un orgasmo. Jorge, su enamorado desde hace dos años, siempre sale feliz después de cada encuentro íntimo: con él no es la cosa. Sin embargo, Greta no ha dicho nada al respecto. “¡Me da vergüenza decirle que no me hace llegar! No quiero herirlo”, cuenta ella.
Hay miles de mujeres que pasan por la misma situación. Un estudio publicado en la revista Journal of Sexual Medicine, en 2011, revela que más de un tercio de las mujeres australianas nunca había experimentado un orgasmo. Jamás.
Por otra parte, el Día Mundial del Orgasmo Femenino tuvo su génesis en un estudio con desalentadoras cifras: el 71% de mujeres de Esperantina, una localidad de Brasil, no obtenía orgasmos en sus relaciones sexuales. Motivo suficiente para que el concejal José Arimateio Dantas creara una fecha que reivindique el máximo placer femenino. Gracias a él, cada 8 de agosto las mujeres ponen sobre el tapete este sensible tema.
MÁQUINAS DIFERENTES
Lo primero que se debe saber es que la respuesta sexual humana es distinta para hombres y mujeres. Los hombres, por lo general, alcanzan el orgasmo en menos tiempo que las mujeres. Esta es la razón del desencuentro: en un coito de duración promedio, el hombre eyacula y experimenta un orgasmo a los cinco o diez minutos. La mayoría de mujeres, en cambio, recién está “calentando motores” en ese lapso. Para colmo, de acuerdo con la sexóloga Alessandra Rampolla, solo tres de cada diez mujeres llegan al orgasmo mediante la penetración vaginal. La mayoría –tomen nota– requieren la estimulación del clítoris.
Si todos los hombres fueran conscientes de esta verdad de la naturaleza, las mujeres no experimentarían los preocupantes niveles de insatisfacción que suelen revelar las encuestas.
PSICOLOGÍA Y FISIOLOGÍA
Lo cierto es que el problema también tiene otras causas. Según Rebeca Podestá, psicóloga y especialista en sexualidad, la parte mental puede interferir con el placer. Por ejemplo, es frecuente que muchas mujeres se sientan “sucias” por realizar determinada práctica sexual, lo cual afecta notablemente la excitación. Asimismo, estrés, depresión, ansiedad, miedos, en fin, son factores que también influyen de manera negativa.
Ojo, no se debe descartar el factor clínico. Hay enfermedades y lesiones que disminuyen la capacidad para conseguir un orgasmo. Para aquellas damas que han intentado de todo para facilitar un orgasmo y no han tenido buenos resultados, no estaría de más visitar a un experto en sexualidad para recibir un diagnóstico.
DATOS
- “Si la mujer no llega al orgasmo, no es culpa del hombre. Cada quien es responsable de su sexualidad. La pareja colabora”, afirma la psicóloga Rebeca Podestá.
- Si el problema tiene raíz psicológica, una forma de enfrentarlo es mediante el conocimiento del propio cuerpo. Explorarlo. Saber cómo funciona. Descubrir los estímulos propicios.
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