El prejuicio y el disgusto personal

Helmut W. Kessel,Opina.21
Pdte. de la Soc. Secular y Humanista

Reduce sus argumentos contra la legalización de matrimonios gay al hecho de que dichas ceremonias son ‘huachafas’, en parte porque asume que todos los gays se casan ‘vestidos de blanco’ y se dan ‘miradas lánguidas’.

Se atribuye también el conocer las motivaciones de todos los homosexuales del Perú para contraer matrimonio. Asume que todos son unos ‘alienados’ que quieren parecerse a los heterosexuales porque consideran que éstos tienen ‘supremacía moral’. Me imagino, entonces, que los negros de Sudáfrica durante el Apartheid eran unos alienados por querer ir a las mismas escuelas que los blancos. El matrimonio es un derecho civil y debe estar al alcance de todos sin importar su orientación sexual. Negarle ese derecho a los gays implica que sus relaciones son de inferior estatus. No es malo aspirar a tener los mismos derechos civiles que una mayoría privilegiada.

El señor asume con desfachatez que todos los gays y lesbianas quieren ser padres sólo por imitación y capricho, a lo cual me pregunto ¿quién es él para juzgar las motivaciones de personas homosexuales para ser padres? El deseo de ser padre merece el más grande respeto, en especial cuando se logra contra las adversidades. En el caso de un hijo de lesbianas nacido por inseminación artificial, ¿se atrevería el Sr. Vásquez a ir y decirle que hubiera preferido que no existiera? ¿O que la motivación de su madre para tenerlo fue un ‘disfuerzo’? ¿Le diría a un huérfano criado por gays, con todo amor, que lo adoptaron porque sus padres son una ‘rama seca’? (lo cual insulta a parejas infértiles).

El autor se mofa de los sentimientos que pueda tener una pareja gay el uno por el otro. La igualdad de derechos es cuestión de tiempo y me pregunto si el Sr. Vásquez quiere realmente que lo recuerden del lado equivocado de la historia y la justicia.