Fritz Du Bois,La opinión del director
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Nuestro grado de bancarización –depósitos sobre PBI–, que es del 28%, nos coloca al fondo entre los latinoamericanos.
Lo cual no debería de ser del todo sorprendente si consideramos que tenemos una de las economías más informales a nivel mundial. Por ello, el facilitar que se formalice la población depositando su dinero en bancos, en lugar de mantenerlo bajo el colchón, debería ser un objetivo hacia el cual todos deberíamos estar caminando.
Sin embargo, se ha venido haciendo todo lo contrario. Primero creando el ITF que estableció una barrera de ingreso al sistema –que inicialmente fue bien alta– obstaculizando la formalización de tanto efectivo que sigue circulando. Recién con la drástica rebaja de la tasa, hace año y medio, es que el ITF finalmente está encausado a la fiscalización de lavado de activos para el cual fue creado, sin generar un desincentivo para ahorrar en los bancos.
Asimismo, el sistema bancario ha mantenido la mala costumbre de complementar sus ingresos financieros con el cobro de una verdadera maraña de comisiones, lo que era probablemente inevitable en épocas de crisis o de estancamiento, pero que es poco justificable con un crecimiento tan dinámico del mercado.
Más bien se debería apuntar en la actualidad, al igual que en el caso del ITF, a implementar una medida radical y eliminar las comisiones al máximo. Para lo cual haría bien la SBS en darle una nueva revisión a las que están quedando.
Al final, si se logra hacer más atractivo al sistema bancario, un nivel de bancarización tan bajo se podría con facilidad duplicar en pocos años. Por lo que en el crecimiento del bosque debería de estar el beneficio generalizado en lugar de andar perdidos por las ramas de los centavos.
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