El Padrino

Fritz Du Bois,La opinión del director
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En realidad, esa frase nos pinta de cuerpo entero lo que está pasando. Las cuotas de poder que los políticos se han otorgado es lo mismo que la parcelación de una ciudad entre mafiosos, y cuando uno de ellos ingresa al territorio del otro o da marcha atrás en lo acordado, es intimidado en el acto.

Incluso, ‘il capo di tutti i capi’ es aquel que logra el equilibrio entre ‘familias’ violentas que se han enfrentado y por eso es premiado. Así que el presidente del Congreso, extasiado por el acuerdo que ha logrado, está buscando ser recompensado con la reelección por otro año. Realmente increíble esa desfachatez, considerando que la escandalosa repartija ha llevado a un rechazo generalizado.

Por otro lado, el elenco también está conformado por los que se creían puros de espíritu antes de entrar como parlamentarios. Así que ahora están atormentados por remordimientos al haber caído en la tentación y participado en la orgía de distribución de cargos. Por lo cual tratan de justificar su pecado diciendo que estaban respetando un acuerdo político como si eso los salvara del infierno al que serán enviados sin duda por el electorado.

Finalmente tenemos al Padrino, que se cree maquiavélico capturando al Tribunal Constitucional para cambiar la Constitución por la puerta falsa, para luego traicionar a los aliados que lo acompañaron cuestionando a sus funcionarios, tratando de evitar de esa manera que los enfurecidos ciudadanos lleven su popularidad a niveles subterráneos.

En todo caso, el país está indignado y, al final de cuentas, hasta los Corleone alguna vez se deben de haber arrepentido de algo. Por lo que no hay motivo alguno para que nuestros parlamentarios no hagan lo correcto y anulen este escándalo.