Fritz Du Bois,La opinión del director
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En todo caso, todos trabajamos entre dos y cuatro meses al año exclusivamente para sostener al aparato burocrático, pues tenemos impuestos altos como los europeos pese a que el Estado peruano parece africano. Más aún, al pagar los impuestos nos preguntamos… ¿Qué recibimos a cambio?
Bueno, empezamos la semana pasando por un vía crucis para votar debido a que el sistema electoral parece manejado por escribanos del siglo pasado y, para colmo, tomará más de un mes en entregar los resultados.
Inmediatamente después sufrimos caos y malestar generado por un funcionario forzando a los aportantes a las AFP a marchar al esquema de comisiones que él considera adecuado. Aunque presionado, ha dado marcha atrás extendiendo el plazo, lo ha hecho después de días de maltrato, lo que bien se pudo haber evitado.
A renglón seguido, agotados por tantas colas llegamos a nuestro domicilio, pero encontramos que ladrones lo han desvalijado gracias a que miles de policías no están patrullando los vecindarios al estar protegiendo a políticos y funcionarios. En fin, ni molestarse, como la mayoría de peruanos, en ir a una comisaría a denunciarlo.
Luego nos dirigimos a la Catedral para buscar paz espiritual y aparece un pistolero disparando, quien resultó ser un esquizofrénico con un arma con licencia oficial cuya obtención requiere de un trámite engorroso y kafkiano que desalienta a cualquier ciudadano, pero, por lo visto, la obtienen fácilmente delincuentes y desquiciados.
Al final de la semana enrumbamos a la playa y hay un embotellamiento infernal porque ha explotado otra tubería de agua ante la ineficiencia de una empresa estatal. Cuando finalmente llegamos a nuestro destino, hastiados, nuevamente nos preguntamos… ¿Para qué pagamos impuestos?… ¿Qué recibimos a cambio?
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