Reciclar no es precisamente una “moda”. Debido a los problemas vinculados al medio ambiente, la cultura del reciclaje se ha convertido en una necesidad cada vez más evidente. Desarrollar esta actitud se puede inculcar desde que uno es pequeño. Desde casa, incluso. “La idea es que los niños aprendan a reciclar como si fuera un juego”, afirma Yanett Vásquez, líder del Melodía Infantil, un proyecto de la Fundación Telefónica.
Vásquez ha trabajado en un nido del Callao, específicamente con 140 niños cuyas edades oscilan entre los 3 y 5 años. La actividad principal consistía en fabricar instrumentos musicales a partir de objetos reciclables, y también crear música. Por ejemplo, han convertido botellas usadas en maracas. A partir de su experiencia, puede dar fe de que apelar a lo lúdico resulta un estímulo poderoso para involucrar a los pequeños en grandes causas.
“Los niños a esa edad no entienden, en su total magnitud, el impacto que tiene el reciclaje. Pero mediante el juego y la creatividad, empiezan a entender la importancia”, anota Vásquez. Esta mirada puede ser de gran ayuda para inspirar a los padres. En vez de dar órdenes y pedir que los hijos reciclen porque sí, sería conveniente pensar en formas creativas para lograr el mismo fin. En la crianza de los niños, el fondo y la forma del mensaje no se pueden desligar.
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