El encanto de la mediocridad

Fritz Du Bois,La opinión del director
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En su lugar, el Congreso ha aprobado una ley que es un retroceso muy claro. Para empezar, en los próximos días se dará un aumento generalizado, el cual lo recibirán desde el maestro más haragán hasta el más aplicado. Con ello hemos retornado a la mediocridad de la uniformidad, lo que para algunos es sinónimo de comodidad. De esa manera ha quedado enterrado el concepto de diferenciar y recompensar a los profesores que den mejores resultados.

Incluso, hasta en los argumentos en defensa de la nueva ley, el Gobierno no puede ocultar que es un salto al pasado. Por ejemplo, el mayor énfasis lo han puesto en asegurar que garantizarán la estabilidad laboral cuando es evidente que, al menos, dos tercios de los maestros en el Estado no están cumpliendo ni cercanamente con su trabajo. Aquí lo que se requiere no es estabilidad sino una renovación radical.

in embargo, esto último no se va a dar. Más aún, si implementaran con rapidez evaluaciones para el profesorado –lo cual dudamos–, recién al tercer año consecutivo de haber desaprobado es que un profesor sería separado. Por lo que, en el mejor de los casos, es al final de este gobierno que alguno sería retirado.

En realidad, esta es una ley diseñada únicamente para proteger al maestro rezagado, al que no está preparado o motivado o dispuesto a cumplir eficientemente con su trabajo. Evidentemente, los alumnos no fueron considerados. Así que seguiremos teniendo la peor educación pública de cualquier país latinoamericano.

Con lo cual solo nos queda apoyar esquemas como Fe y Alegría, así como promover la inversión privada en la educación en general, ya que será la única posibilidad que tendrán los niños peruanos de recibir una educación de calidad durante los próximos años.