Mercedes Aráoz,Al.Mercado
maraoz@peru21.com
Una señal del éxito de Perú es el significativo aumento en la venta de autos nuevos, en gran parte, por el poder adquisitivo de la clase media. Sin embargo, se alimenta la congestión vehicular que padecemos todos en las principales ciudades del país, con el consecuente daño ambiental. Ciertamente, algunas mejoras en el servicio del transporte urbano ayudarían a ordenar y minimizar el daño. Pero sería indispensable que las políticas tributarias y financieras fueran acordes. Por ejemplo, se paga impuesto vehicular por los autos nuevos por tres años, pero no se exige lo mismo a los autos viejos y contaminantes; si los autos no pasan las revisiones técnicas, que deberían ser obligatorias, no se les retira de circulación; no se incentiva el ‘chatarreo’ de autos viejos ni se promueve programas financieros para comprar autos ahorradores de energía o de menores emisiones CO2, y todavía existe gente que promueve la importación de autos usados. Es imperativo tomar cartas en esta materia para evitar llegar al caos de ciudades no sostenibles.
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