Fritz Du Bois,La opinión del director
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Más aun, no se trataría de un respaldo a la ligera pidiendo que el gobierno simplemente aumente los recursos presupuestados. En esta ocasión, la mayoría de los encuestados parecen genuinamente preocupados por la pésima calidad de la atención, exigiendo, por ejemplo, asociaciones con el sector privado e incluso indicando su disposición a pagar para recibir un servicio adecuado.
Con lo cual la salud va por el mismo camino de la educación que, ante la ineficiencia estatal, está encontrando una salida de mercado. Así tenemos que en Lima la mitad de los escolares están en colegios bajo algún esquema privado. Evidentemente sus padres se cansaron del dogmatismo de un sindicato de maestros, hoy fortalecido por una ministra que piensa como ellos, que ha causado que los jóvenes salgan casi analfabetos luego de haber estudiado durante 12 años.
Lo mismo está ocurriendo con el militante sindicato médico, el cual propugna prácticas restrictivas para que sus agremiados puedan tener cada vez más tiempo para sus ‘ingresos’ paralelos. Por lo cual tienen prácticamente abandonados los hospitales del Estado. De esa manera han logrado la hazaña de generar un rechazo casi total ya que solo el 7% cree que es buena la labor que vienen realizando.
Así que la mesa está servida para reformarlos, ya que es claro que la población quiere servicios adecuados y no le interesa quién se los estaría proporcionando. Por ello, el gobierno debería crear las condiciones para desarrollar competencia en el sector, lo que ampliará la oferta de salud en general y reduciría el costo para el usuario. Al final, lo único importante es mejorar la calidad de vida del peruano y es irrelevante si se atiende en un hospital público o privado.
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