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En cuestión de enfermedades, queda claro que “más vale prevenir que lamentar”. Por esa razón, en el caso de los mininos, es conveniente revisar permanentemente la zona de sus ojos, en donde se acumulan las legañas.
A diferencia de los seres humanos, los gatos no pueden retirar por ellos mismos estas secreciones. Dependiendo de la raza del animal, las legañas pueden producir serios problemas dermatológicos.
Por esta razón, se debe limpiar dicha área diariamente con una gasa humedecida en suero fisiológico o seca, si es que el caso lo permite.
Ahora, hay ocasiones en las que también se debe aplicar suero en el sector afectado para que la remoción de las secreciones sea más sencilla.
Existen casos crónicos en que se debe acudir al veterinario o a un peluquero especializado para que se realice este procedimiento.
Pero se dan casos en los que los gatos tienen los ojos rojos, se frotan o se rascan con persistencia. En estas circunstancias, jamás aplique el tratamiento descrito anteriormente ni emplee colirios u otros fármacos. Ni qué decir de los famosos ‘remedios caseros’.
Ante estos acontecimientos, acuda al veterinario de su confianza. (Adaptado de http://www.elgatoencasa.com).
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