Opinión: 'Vigilar y castigar', por David Flores-Hora

Cuando Michel Foucault presentó, en 1975, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, muchos no imaginaron la eficacia que tendría este ensayo, pues su teoría sobre represión y penalización es tan válida hoy como en ese momento.

Hablar de Foucault y el panoptismo se engarza con un tema de actualidad: la investigación que efectuó la Dircote a la obra teatral La cautiva. Analizar si existe apología al terrorismo es un ejercicio fronterizo.

Además, esta situación demuestra no solo ignorancia histórica, sino un verdadero desprecio a la cultura y mucha ingenuidad.

Pero La cautiva es solo un ejemplo. Si a esto le sumamos el cierre del Lugar de la Memoria de Junín se evidencia que aún no podemos hablar de reconciliación en nuestro país.

¿Qué podemos esperar del destino de proyectos como el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), en el mar de Miraflores, donde un grupo de destacados curadores viene elaborando una exposición permanente? A veces, este vigilar y castigar nos priva de ejercer nuestra ciudadanía.