Diego Pereira
@acunerme
Cuando a comienzos de este 2016, Latina anunció el programa ‘Verano Extremo’, nadie se imaginó que la popularidad del espacio nada tendría que ver con los modelos, sus trajes de baño y sus ‘accidentes’.
De hecho, nadie previó la llegada de ‘Mayimbú’ a la señal abierta.
La pieza que faltaba
Fue todo muy casual: José Luis Mendoza Páucar —su verdadero nombre— estaba en Agua Dulce intentando ganarse el día cuando se cruzó con ‘Carloncho’, en ese entonces conductor del programa.
La química entre ambos fue suficiente para convencer a la producción de que esa era la voluminosa pieza que les faltaba para interesar a una audiencia ya saturada de competencias entre esbeltos participantes.
Por supuesto, no todos lo vieron con buenos ojos. Una de las modelos del programa, Génesis Tapia, criticó la participación del personaje y con ello ayudó a que este recibiera un respaldo mediático casi instantáneo.
“Es un sueño lo que estoy viviendo, la oportunidad que me están dando no la desaprovecharé”, dijo ‘Mayimbú’. Y claro que lo hizo: a mediados de febrero lanzó esta canción (que se le pegó hasta a Beto Ortiz):
Por esos días, ‘Mayimbú’ se hizo interesante para el público que quería escuchar una historia ‘nueva’: nos enteramos de sus humildes orígenes, de su terrible vida en las calles y de cómo encontró en la autoparodia una manera de olvidarse por un rato de todo lo anterior.
Nos enteramos también de las mujeres que ahora aparecían en su vida. El propio ‘Mayimbú’ supo que debía sentarse en sets televisivos a participar del escudriñamiento de su novedosa vida íntima, pues la fama también es polémica.
“700 oportunidades”
Como consecuencia natural de su excesiva exposición, llegaron los escándalos, los audios donde se le escuchaba pidiendo mujeres “para pasarla bien” e incluso se le acusó de tener una denuncia de violación. El apanado mediático, mezclado con dimes y diretes, también vende.
El punto álgido fue su presentación en ‘El Valor de la Verdad’, donde entró en detalle sobre su consumo de terokal cuando era un niño, las agresiones físicas que sufrió de pequeño y la pelea con un cobrador de micro que lo dejó sin un diente.
Sus constantes apariciones en el set de ‘Amor, amor, amor’ lo cimentaron como parte del estrellato peruano, incluso cuando la Asociación de Cómicos Ambulantes del Perú le negaron un espacio dentro del gremio y se rehusaron a reconocerlo como uno. Luego llegaron los insultos (desde Andynsane hasta Tulio Loza) y —entre lágrimas— ‘Mayimbú’ respondió:
“Me duele bastante, no sé por qué hay personas así en este mundo, si yo no hago daño a nadie, solo lo que hago es hacer reír al público, hacer divertir al público”
Cuando el programa terminó junto con el verano a comienzos de abril, ‘Carloncho’ y ‘Mayimbú’ confirmaron que se quedaban en el canal y lo que vino después fue un programa de humor que duró muy poco por los bajos puntos de rating (hasta las repeticiones del Chavo del 8 hicieron mejores cifras).
Lo mismo pasó con la amistad entre ambos. En su reencuentro hace unos días atrás, el conductor fue contundente :
“De verdad no me interesa saber qué talento tiene porque yo lo conozco. Yo no podría tropezar de nuevo con la misma piedra, no podría volver a algo que yo ya quiero dejar atrás. Así que ‘Mayimbú’, dicen que todos merecen una segunda oportunidad… si el Perú supiera que tú has tenido 700 oportunidades me va a dar la razón. Tú eres como agua pasada”.
Un representante nacional
‘Mayimbú’ vino como llegó. En junio, la municipalidad de Tacna canceló su presentación en la ciudad y en octubre Trome reportó cómo el cómico volvió a las calles del centro de Lima, intentando entretener a quienes transitan por ahí.
Entonces, ¿por qué tenemos que hablar sobre cómo el corpulento ‘Mayimbú’ alcanzó y perdió la fama en tiempo récord? Pues porque alguna vez fue el representante del ciudadano de a pie, tal y como el sociólogo Alexander Huerta-Mercado mencionó en El Comercio al analizar el contenido televisivo tildado de ‘basura’:
“Un canal puede estar transmitiendo un programa de chismes, invadiendo inexcusablemente vidas privadas, pero el éxito en la popularidad del mismo puede revelarnos la necesidad de un público históricamente anónimo a integrar el universo de personas que son reconocidas en los medios, las distancias entre una estrella y un ciudadano de a pie parecieran haberse acortado en estos espacios televisivos”.
¿Y cuál es el perfil de este representante nacional? El periodista Fernando Vivas se animó a ensayar un párrafo sobre la contradicción encarnada que es este personaje:
“Su marginalidad no es solo social sino moral. Va de un extremo a otro. Así como ha pasado del sector E indocumentado a ser estrella de la tele, va de la verdad a la mentira en un solo programa. A veces oscila en una sola escena. Tan pronto llora y se clama víctima del ‘bullying’, como ríe y suelta su espantoso balido –¡meeeeeeee!– convocando feliz e irresponsable a los ‘bulleadores’”.
Entonces, si el 2016 nos dio a ‘Mayimbú’, ¿qué nos espera el año que viene? Solo los propios televidentes podrán responder esa pregunta.
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