Los seguidores de Celia Cruz podrán visitar mañana, martes, su mausoleo en el condado de El Bronx, en Nueva York, al conmemorarse el décimo aniversario de la muerte de la cantante, una década en que se han visto privados de su inigualable voz, su energía y de su “Azúcar” con los que provocó furor.
La guarachera de Cuba fue sepultada en el antiguo cementerio Woodlawn, declarado patrimonio histórico en 2012, tras su muerte el 16 de julio de 2003 al perder su batalla contra el cáncer, y tres años y medio más tarde fue enterrada junto a ella su “cabecita de algodón”, como llamaba a su esposo, Pedro Knight.
La intérprete de La negra tiene tumbao había elegido como su morada final el Woodlawn, donde descansan los retos de otros famosos como el trompetista Miles Davis, el editor Joseph Pulitzer, conocido por los premios que llevan su nombre, y el pianista Duke Ellington, y mañana estará abierto entre 10 a.m. y 4 p.m., según informó Omer Pardillo, presidente de la Fundación Celia Cruz y ejecutor del testamento y del legado de la intérprete.
La discográfica Sony, junto con la Fundación Cruz, también le rendirá tributo con la publicación a finales de mes del disco The Absolute Collection-Deluxe Book Version, que esta compañía describe como “un viaje visual y tras bastidores a la vida personal y artística de este icono”, que se mantuvo seis décadas sobre los escenarios.
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