Alberto Mendieta
El Índice de Progreso Social Regional 2016 (IPSR) evaluó a cada una de las regiones del Perú en base a las necesidades básicas humanas, fundamentos del bienestar y oportunidades. En este estudio, Moquegua lideró el ranking al obtener la mejor puntuación, mientras que Ucayali mostró el más bajo progreso social dentro de la tabla.
[Moquegua e Ica destacan en Índice de Progreso Social 2016]
Al respecto, Carolina Trivelli, Alexandra Ames y Juan Mendoza evaluaron en Perú21 estos resultados y lo vincularon a la situación económica peruana en los últimos años, así como al alcance y gestión que tiene el Estado en los proyectos públicos.
Alexandra Ames, secretaria técnica del IPS, indicó que el índice revela qué tanto están haciendo las regiones para transformar el progreso económico en bienestar para las personas.
“Vemos que el crecimiento económico ayuda bastante a generar bienestar social, pero no es suficiente, hacen falta otras estrategias vinculadas a programas sociales”, señaló Ames.
Por su parte, Carolina Trivelli, exministra de Desarrollo e Inclusión Social y actual gerente general de Pagos Digitales Peruanos, resaltó que el Estado no solo debe considerar cuántos recursos invertir, sino de cómo invertir y generar mecanismos que hagan eficiente esa intervención estatal.
“Cada sol que el Estado mete a una actividad social, ya sea salud, educación u otra, se debe ver cómo eso se traduce en que las personas están mejor, y no solo esa persona que se benefició, sino todo el colectivo”, apuntó Trivelli.
Juan Mendoza, director de la Maestría de Economía en la Universidad del Pacífico (UP), enfatizó en que el PBI no necesariamente significa más bienestar, porque el PBI es lo que se produce, y parte de ello no se queda en el país y menos en las regiones. Por ejemplo, dijo, una mina grande puede contribuir mucho al PBI de un departamento, pero no necesariamente al bienestar de este.
“El índice está muy correlacionado con la presencia del Estado y la eficiencia de los servicios públicos; vemos que la Costa está mejor que la Sierra y la Selva, eso es porque el Estado está más presente en la Costa”, enfatizó Mendoza.
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
Los resultados del IPSR mostraron que en el Perú existe una gran desigualdad entre las regiones, lo cual obedece a la responsabilidad del Estado, ya que no existen políticas que se acomoden a la realidad y condiciones de las diferentes localidades.
Sin embargo, los panelistas resaltaron el esfuerzo que se hizo con las Plataformas Integradas de Acción Social (PIAS), que han logrado llevar los servicios del Estado – como el Banco de la Nación, Reniec, sector Educación, atención de salud y otros – a lugares que no tenían acercamiento con estos.
“Apostar por cerrar estas brechas, yo creo que nos va a ayudar sin lugar a duda a elevar nuestra calidad de vida a nivel nacional”, indicó Alexandra Ames.
“La solución urbana es impagable para el mundo rural, porque tienes que hacer una inversión enorme, entonces no la haces porque no es costo eficiente por habitante servido”, explicó Trivelli.
EL ROL DE LAS INSTITUCIONES
Mendoza enfatizó en que el crecimiento de largo plazo depende de la calidad institucional, dado que este, de alguna manera, sirve para llevar los efectos del crecimiento económico a la población. Sin embargo, las instituciones en el Perú forman parte de las grandes falencias.
“Un ejemplo claro del por qué el crecimiento no lleva a más progreso es el caso de la anemia, ya que curiosamente la anemia infantil, desde el 2011, ha aumentado. Eso llama a revisar qué estamos haciendo con los programas públicos y la estrategia nacional para reducir la anemia”, indicó Juan Mendoza.
Ante dicha evidencia, Carolina Trivelli remarcó que lo que se ha visto en la última década es que no es un tema de presupuestos, sino un tema de instituciones y de cambios de comportamiento.
“Por ejemplo, en el caso de la anemia el problema no es porque no se sabe cómo hacerlo o porque no hay multimicronutrientes. Lo que pasa es que la compra (de multimicronutrientes) lo hace el Minsa, lo entrega la Diresa y el gobierno regional distribuye a la posta, pero en la posta tiene que haber un incentivo para que la enfermera esté capacitada y le entregue a la familia todos los multimicronutrientes y además los capacite en cómo tienen que comerlo”, describió Trivelli.
PARA LA PRÓXIMA GESTIÓN
Por último, se les pidió a los panelistas que den su apreciación sobre cuáles serían las medidas que una próxima gestión debería tomar para ayudar a vencer las limitaciones que tiene el Estado para trasladar los efectos positivos del crecimiento económico a la población.
“La pregunta es si tendrán la paciencia de invertir en convocar al recurso humano y darles el tiempo para implementar las innovaciones; y que no les vaya a ganar la presión por gastar más y por lograr un resultado inmediato a costa del impacto en mejorar la calidad”, señaló Trivelli.
“Yo pienso que la reforma del Estado es esencial y es un proceso lento y un proceso impopular. Creo que la experiencia de los últimos años demuestra, en general, que hay avance en el país, pero se requiere ser constante y estar dispuestos a reconocer los errores; además de reforzar las instituciones”, enfatizó Mendoza.
“Algo que necesitamos es generar más indicadores para medir la calidad de la gestión pública, porque se sigue midiendo por cuánto se ha gastado en un gobierno, y no necesariamente es lo mismo que gastar mejor”, recalcó Ames.
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