Chipre afinó este jueves un plan alternativo que le permita recaudar los fondos necesarios a cambio del rescate que le ofreció la Zona Euro, sin tocar los depósitos de los ahorristas, pero que apunta ahora a los fondos de inversiones y a una reestructuración bancaria.
Un consejo de ministros delineó hoy el llamado “plan B” que renuncia a imponer un gravamen a los depósitos bancarios, y en su lugar se propone un fondo de inversión, sin que se sepa cómo estará financiado ni con cuánto dinero.
El Parlamento atrasó a este viernes la votación sobre los proyectos de ley que instituyen un fondo de solidaridad e imponen una limitación de los movimientos de capitales para evitar la retiradas masivas cuando el martes abran los bancos.
El plan deberá ser presentado a la troika de acreedores (Fondo Monetario Internacional, Unión Europea y Banco Central Europeo). El domingo probablemente habrá una reunión del Eurogrupo.
En tanto, la calificadora Standard & Poor’s rebajó la nota de la deuda soberana de Chipre en un nivel, a CCC, con perspectiva negativa, citando un “agudo problema” en el sector bancario chipriota.
“Creemos que los riesgos de default (de la deuda) soberana se incrementa” señaló S&P en un comunidado
Los europeos y el FMI, que prometieron a la isla una asistencia financiera de 10,000 millones de euros para refinanciar su deuda, deben avalar el mencionado plan chipriota, que debe aportar 7,000 millones.
Popular Bank, segundo mayor banco de Chipre y bajo riesgo de quiebra tras haber acusado fuertes pérdidas por su exposición a la deuda griega, anunció este jueves que limita a 260 euros diarios los retiros de efectivo en sus cajeros automáticos.
Durante el día, numerosos clientes hicieron cola en Nicosia para retirar el máximo permitido por día, 700 euros, temerosos de que la entidad cierre definitivamente.
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