Bienvenido, héroe. El esquiador peruano Roberto Carcelén fue recibido con aplausos y vítores a su llegada a Lima, luego de protagonizar una de las grandes hazañas de los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi 2014. Carcelén llegó a la meta a pesar de tener dos costillas fracturadas y se ganó el reconocimiento mundial por ello.
“Todo el Perú me empujó hacia la meta. En los días anteriores mucha gente me escribió. Pensaba en ellos, en todos los que me seguían”, apuntó el esquiador de 43 años, que tras su retiro de la actividad espera “motivar a los atletas de las nuevas generaciones”.
RECONOCIMIENTO JUSTO
La gesta de Carcelén, quien recorrió 15 kilómetros lesionado, no pasó inadvertida para el portal alemán Deutsche Welle. “El peruano es referente del espíritu olímpico e ilustra lo emotiva y única que ha sido la participación latinoamericana”, refirió la web.
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