El partido disputado el sábado entre el Inter de Milán y el Udinese (3-1) pasó a la historia como el primero de la Serie A sin que ningún futbolista nacido en Italia formara parte de las oncenas iniciales de ambos equipos.
En el momento de que el balón se echó a rodar se encontraban sobre el césped del estadio de San Siro seis brasileños, tres franceses, dos colombianos, un argentino, un croata, un ghanés, un japonés, un griego, un malí, un montenegrino, un portugués, un serbio, un esloveno y un suizo. El único italiano era el árbitro Domenico Celi.
Según el periódico deportivo la Gazzetta dello Sport, se trata de la primera vez en la historia del campeonato en que ninguno de los 22 jugadores de inicio es italiano.
El medio recuerda un solo caso similar en las grandes ligas europeas: un Portsmouth-Arsenal de la Premier League en 2009.
Más de la mitad de los jugadores de la Serie A son extranjeros (56%). Un problema frecuentemente señalado por el seleccionador de Italia, Antonio Conte, como causa del debilitamiento de la selección italiana.
Esta temporada el reglamento ha introducido la obligación de que de los 25 jugadores que pueden componer cada plantilla, al menos cuatro se hayan formado en el club, y cuatro se hayan formado en Italia.
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