Vaya uno a saber por qué la geografía o los prejuicios suelen dividir las ciudades en partes ricas y zonas pobres. La regla se repite en Buenos Aires, en Roma o Miami. Y la ciudad de Lima no es la excepción. Hacia el sur se concentran las casas y los balnearios más top y lujosos. Sin embargo, en el distrito de Chorrillos, los habitantes de la zona de Alto Perú, ubicado en las faldas del Morro Solar, parecen estar preparados para dar vuelta a las cosas muy a su manera.
Por el momento, han conseguido delinear un perfil propio, muy al estilo de las favelas brasileñas, con espacios para clases de música, las artes marciales, la tabla hawaiana y la venta de comida, las principales maneras para prodigarse el alimento diario. Aquí todo aporte es bienvenido, especialmente los que buscan arrancar de la droga, la deserción escolar y la delincuencia a los niños y adolescentes.
[Jesús Verano, un profesor de altura]
El principal impulsor de la nueva cara de Alto Perú es el tablista Diego Villarán (34), quien a los 10 años dejó su cómoda casa de una zona residencial y se instaló en este barrio bravo donde vivían sus abuelos.
“Desde un comienzo me involucré con el entorno, pese a ser de alto riesgo social, muchos conocidos están hoy en la cárcel o perdidos en las drogas. Por ello, en el 2008 abrí una escuela gratuita de surf en el lugar para que los adolescentes tengan una válvula de escape. Sin embargo, me di cuenta de que era muy difícil llegar a los jóvenes para tratar de convencerlos que dejen los malos pasos por la tabla. Por ello es que decido comenzar a trabajar con niños menores de 12 años, a los cuales es más fácil adaptarlos a vivir en un entorno peligroso, pero con oportunidades para subsistir honradamente y poder ser alguien en la vida”, sostiene el también acupunturista.
Agrega que, en 2010, comenzó a recibir donaciones y muchos llegaron también para colaborar con talleres de música, batucada, breakdance, capoeira, entre otros géneros. “Luego, en el 2012, comenzamos con las clases de muay thai, y eso fue un furor. El deporte pegó al toque entre los chicos, tanto así que ahora es la actividad principal para autogestionarse dinero en Alto Perú, debido a que muchos jóvenes dictan clases particulares. Eso nos pone muy contentos, porque es el objetivo de nuestro trabajo. Por ejemplo, Alex Chávez (15), un chico de la zona, en este momento, viene representando al país en Suecia en el Mundial de Muay Thai. Eso es un logro grandioso”, cuenta Diego, primo del reconocido tablista Gabriel Villarán.
PROYECTOS
No obstante, en Alto Perú, no se quedan con los brazos cruzados, es lo que menos saben hacer. Diego sostiene que vienen trabajando en una marca de ropa con el apoyo de Motorola y la Embajada de Australia.
“También queremos que los chicos asuman más responsabilidades en su entorno y dentro del proyecto. Asimismo, queremos reproducir la iniciativa de Alto Perú en la sierra y la selva bajo el incentivo de deportes que tengan que ver con la naturaleza”, acota Villarán antes de volver a sus actividades en este mundo ‘faite’ donde todos lo respetan por la oportunidad que les brinda. Él se lo ha ganado.
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