Sentarse en una barra y conversar con un bartender de día genera una sensación extraña. Es casi como ver a una estrella de rock sin maquillaje, un poco vulnerable y bastante expuesta. Y si en ese espacio se le entrevista, la sensación se potencia. El sitio, en pleno corazón de Miraflores, es el restaurante Ámaz, un lugar donde la inspiración son los insumos amazónicos. El entrevistado es Jordy Villegas Huamán (21) –uno de los nuevos bartenders del movimiento de la coctelería peruana–, quien por estos días concursa en la primera edición del Mixology Challenge Perú, que tiene 20 barras participantes de los principales bares y restaurantes de Lima.
Su creatividad y elegancia a la hora de armar cocteles fue lo primero que llamó la atención de su primer jefe, Jesús Ávila, quien dirige la barra del restaurante Malabar y quien hace más de dos años le dio la oportunidad de pasar de ser un obrero de mantenimiento a servir tragos en la noche. Incluso, cuenta Jordy, fue el propio Ávila quien lo recomendó a Ámaz para que siga aprendiendo y cultivando el arte de ser un bartender. Y allí se ha quedado hasta ahora, donde se ha vuelto un referente para sus clientes.
CREACIONES EN LA BARRA
Para el concurso Mixology Challenge Perú, Jordy ha preparado cuatro tragos: el Grant’s Negroni, hecho con whisky, vermouth rosato, amaro casero y bitter; el Lala Crush, que incluye licor a base de whisky (drambuie), monkey shoulder, blended malt scotch, whisky araza, naranja agria y amargo de angostura; el Bijao, preparado a base de gin Hendrick’s, pepino y limón amazónico; y el Sour Bee, que lleva whisky de malta (Glenfiddich) y miel de la selva.
Jordy se tiene confianza y tiene fe de llevarse el premio mayor, que es asistir al reconocido evento Tales of The Cocktail On Tour, que se realiza en México. “Me caería muy bien porque ese país y España son adonde apunto viajar para seguir desarrollando mi carrera en el futuro. Me he propuesto salir del país en unos años más, pero sé que debo prepararme y aprender inglés, sobre todo si es que me emplean en un crucero. Sin embargo, por ahora estoy contento en la barra del Ámaz, donde me tratan muy bien”.
LICOR AMARGO
El bartender afirma que prefiere los cocteles amargos que los dulces y que el Manhattan es el que mejor prepara. “Es un clásico de la coctelería”, refiere. No obstante, cuando está con amigos, prefiere agasajarlos con sendos gin and tonic.
“Para ser barman no se necesita ser un gran bebedor, sino tener un buen paladar. Si conoces al público que atenderás, es una ventaja, porque sabrás elegir qué tragos recomendar, ya sean dulces o amargos”, manifiesta Jordy.
De vuelta a la redacción, pienso que Jordy, más que un cantinero, es un artista que, al igual que un pintor cuando hace un trazo firme sobre el lienzo, no duda en coger un elemento y mezclarlo con otro para fabricar un trago que te alivie las tensiones o te dé el valor para acercarte a una chica. Usted elige el motivo. Jordy solo es un facilitador de la vida.
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