Cinco disparos acabaron ayer con la vida de un presunto sicario en San Juan de Lurigancho. Con este crimen, ya suman seis los casos de homicidios por encargo cometidos en menos de una semana, tanto en distritos residenciales como en otras zonas populosas de la capital.
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La víctima del último asesinato, ocurrido a las 2 de la madrugada dentro de un bar, fue Víctor Ángel Valera Flores, conocido como ‘Chino Valera’ en el medio delictivo. Según la Policía, se trata de un sicario que en enero del año pasado fue atrapado por asesinar a tiros a un promotor de espectáculos.
Sin embargo, meses después salió en libertad, pese a que su nombre figuraba en varios atestados policiales como el autor de otros homicidios.
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Ayer, cuando este sujeto se encontraba en un bar con un grupo de amigos, fue atacado a balazos por dos sujetos. Estos le dispararon cinco proyectiles en el tórax. “Lo que han querido es asegurarse de cumplir el trabajo”, señaló un oficial de la División de Investigación de Homicidios que levantó el cadáver.
CRÍMENES NO PARAN
Este es solo uno de los crímenes que han venido ocurriendo en los últimos días en la capital, curiosamente semanas después del ataque con una granada a los ocupantes del Porsche de Oropeza, en San Miguel.
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Entre los casos figura el de Antonio Saucedo Mendoza, acontecido a pocas cuadras de la comisaría de San Isidro; el de los primos Félix Azado Cruz y Humber Ponce Rivera en San Juan de Lurigancho; y el de Junior Campos Prado, en Comas.
El penúltimo, el más brutal de todos, sucedió también en San Juan de Lurigancho. El guardaespaldas Héctor Fernández Francisco fue arrojado al río desde un puente y luego baleado.
Para el ex director de la Policía Nacional Luis Montoya, esta realidad era una amenaza que ya se veía venir. “El sicariato en nuestro país es un servicio tercerizado. Actualmente hay dos tipos de asesinos a sueldo: el amateur y el profesional”, refirió el ex general PNP.
Explicó que estos se diferencian en el tipo de armas que emplean y en la rapidez con la que actúan. Dijo que en el primer caso se trata de seudosindicatos (extorsionadores) que contratan a jóvenes de entre 17 y 20 años, principalmente del Callao, para que cometan el homicidio.
En tanto, los otros pueden ser extranjeros (colombianos, venezolanos, brasileños, mexicanos, italianos o rusos) que solo llegan al Perú para hacer el “trabajo” y luego se van. “Esto les da seguridad a las personas que los contratan”, refirió Montoya.
Sostuvo que los sicarios profesionales están más vinculados con el narcotráfico, que mueve millones de dólares. “Estos trabajan en forma organizada. Tienen un aparato de información, inteligencia y logística”, dijo.
Ante estos últimos homicidios, el ministro del Interior, Luis Pérez Guadalupe, retó a la Policía Nacional a mostrar su profesionalismo contra tres delitos: ‘sicariato’, raqueteo y extorsión. “Le he planteado a la Policía un reto. Así como trabajó muy bien contra los asaltos a bancos y secuestros, ahora que haga lo mismo”, manifestó.
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