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Beto Ortiz dice su verdad sobre José Yactayo: "Están escupiendo en la tumba de mi amigo y no lo voy a permitir" [Entrevista]

En entrevista con Perú21 aseguró que no entorpeció ninguna investigación y dijo que estaba convencido de ganar la demanda que interpondrá a dos medios escritos.

Beto Ortiz vuelve a la televisión este lunes por ATV. (Foto: Piko Tamashiro)
Beto Ortiz vuelve a la televisión este lunes por ATV. (Foto: Piko Tamashiro)

En las últimas semanas se ha dicho de todo respecto a la amistad que lo unía con el periodista audiovisual Pepe Yactayo. Fue acusado de entorpecer las investigaciones policiales y hasta de una supuesta complicidad en la trágica muerte de su amigo, con quien compartió innumerables jornadas laborales.

Cansado de estos señalamientos, Beto Ortiz dijo que su amigo ha sido víctima de una avalancha periodística innecesaria así como su entorno más cercano, como las entrevistas realizadas a su madre. Aún sin saber qué pasó con José Yactayo y cómo responder, el periodista Beto Ortiz dijo que defenderá a su amigo, y también tomará medidas urgentes.

En este retorno a la televisión con tu programa Beto a saber, ¿los televidentes tendrán la oportunidad de ver reportajes de investigación que ha marcado tu trayectoria?

-En realidad no vengo a descubrir la pólvora, ni pretendo que, porque llegué, comience la fiesta, porque soy el rey del mambo. La televisión tiene estupendos periodistas y hay programas muy buenos que yo mismo consumo, pero lo que vamos a intentar es tener una mirada diferente sobre los acontecimientos políticos, sobre lo que pasa en el país. Creo que esa es la diferencia o el valor agregado que daremos en ‘Beto a saber’ (que se estrena este lunes 17 a las 10 pm. por ATV). En mi horario hay noticieros, novelas turcas, brasileñas y la programación del cable. En tal sentido, si hay un espacio para programas que cuestionen y formulen más preguntas, es lo mejor. Considero que si algo que podría caracterizar al tipo de periodismo que a mí me gusta es el periodismo escéptico, el que duda, que siempre se hace una pregunta más.

Como las preguntas que te haces en el caso Yactayo…

-¿Por qué está un caso policial hace tantos días en las primeras planas? ¿Por qué?, me pregunto. ¿Por qué (el asesino) dice hoy la verdad y mañana miente?, ¿por qué hoy es un crimen pasional y mañana es ‘nos drogamos y pasado mañana no nos drogamos’?, ¿por qué hoy lo sepultan y mañana lo exhuman?, ¿quién está detrás? No tengo la respuesta y lo mismo me preguntaba con los casos policiales más mediáticos que me ha tocado cubrir. Me lo preguntaba con Edita Guerrero, una larga telenovela que no tenía cuando acabar y tenía mas capítulos que ‘Los ricos también lloran’. La mató o no la mató, lo meten preso, lo sueltan, la entierran, la exhuman ¿Parecido, no? Bien parecido. El caso Ciro Castillo: ella lo mató, no lo mató… ¿y cuántos meses nos pasamos entretenidos? ¿Tres o cinco meses? Entonces es el turno del médico legista y la esotérica, quien adivinará d+onde está el cuerpo de Ciro…

La cobertura periodística en el caso Yactayo ha sido más amplia que en el caso de Bruno de Olazábal. Los dos han sidos tus amigos y han tenido una muerte trágica y violenta que marcaron la prensa peruana

-No diría que ambos han tenido una muerte violenta porque una muerte como la de Bruno (por sobredosis) no es violenta, es simplemente una muerte trágica como la de Pepe (Yactayo). Tampoco hay esa especie de enigma que se ha querido crear en la muerte de ambos. Creo que son dos personas que han tenido una muerte trágica y comparten el mismo oficio, pues de igual modo habrán dos médicos, dos contadores, dos futbolistas o dos cantantes de rock que han tenido muerte trágica. Uno puede morirse atropellado por una combi o en un accidente aéreo. Morirse siempre es trágico, siempre es un escándalo, una tragedia inexplicable, inenarrable, indescriptible. Yo hasta ahora no puedo escribir un ‘Pandemonio’ (su columna en Perú21). No puedo, no me sale y me resisto a pensar en un destino trágico y que está escrito.

Si en vez de ser periodistas hubiéramos sido agricultores o pescadores nadie habría escrito sobre nosotros, pero como somos gente de medios, como somos periodistas conocidos entonces sí se genera toda esta aura de misterio alrededor.

“La muerte es caprichosa”


¿No te parecen extrañas sus muertes?

-No, no es extraño. La muerte es caprichosa: llega cuando y de la forma que le da la gana. En este caso, pues sí, es verdad, para mí, ambas muertes han sido inenarrables, más que dolorosas, espantosas. En el caso de Bruno, porque estaba lejos y éramos grandes amigos. Además, murió en la época que vivía en Estados Unidos, ni siquiera asistí al funeral. En el caso de Pepe, todavía fue más duro porque estoy hablando de alguien de quien me despedí unos días atrás, con quien estaba haciendo un trabajo todos los días y con quien almorzaba a diario.

Sobre todo en los últimos tres años, por el documental que estaban realizando…

-Bueno, en los últimos tres años, he estado en el tema del documental, pero la edición es un proceso lento y agotador. Estaba en su recta final, en un proceso muy acelerado porque Pepe quería realizar un documental sobre el pintor trujillano Gerardo Chávez. Yo era el más feliz con que estuviéramos avanzando tan rápido. Llegaba a su casa a las 9 de la mañana y a veces me quedaba editando de largo, pedíamos delivery y comíamos delante de la computadora como locos. Realmente hacer un trabajo de documental es un arte y Pepe era un artista. Era una persona con una sensibilidad privilegiada, muy leído, que había escuchado mucha música, que había viajado mucho. No era, digamos, un improvisado: era el mejor en lo que hacía. Trabajar con él siempre fue una experiencia didáctica, me cuestionaba mucho, que es algo que a veces cuando trabajas con alguien que te puede tener miedo o que le da nervios porque eres el de la tele no se da. Entonces, yo era su ‘pata’. Me decía ‘ese texto que has hecho es cursi, no me gusta, no es el tono’. Discutíamos mucho de cómo debíamos enfocar un tema, cómo mostrar la realidad de un penal. Yo tenía una visión mucho más pesimista, pero él tenía una visión mas esperanzada y debatíamos. De esa discusión e intercambio de ideas permanente a veces salían cosas fantásticas.

Es como si hubieras estado componiendo una sinfonía a cuatro manos en un piano, o pintando un mural cuando de pronto llegas y te dicen ‘se murió’. No tiene sentido y lo que viene después aún es más absurdo, macabro y retorcido. Uno para y se pregunta ‘¿en qué momento voy a despertar?’. Por eso mantengo las misma actitud escéptica frente a todo lo que veo y todo lo que leo.


¿Nos referías que curarte en silencio no ha funcionado?

-No pues, no funciona porque de hecho el duelo no acaba nunca, o sea cuando pierdes a alguien realmente querido, lo que queda es el vacío y este no se llena con nada porque es el vacío.

Te dicen que el tiempo lo cura y que pasará, pero el tiempo pasa y el dolor sigue. Puedes acostumbrarte al dolor y luego al olvido, pero no se trata de una ruptura amorosa, no. He evadido las preguntas sobre él porque no sé muy bien qué debo decir, sé que no me puedo quedarme callado y que alguien lo tiene que defender. Siento que están escupiendo sobre la tumba de mi amigo y no lo voy a permitir.

Hasta la mamá de Pepe Yactayo ha sido entrevistada varias veces…

-Tiene ochenta años y está sola. Es muy cruel. El hecho de ponerle el micro a un deudo es una monstruosidad, así de claro lo afirmo. En los 80 nos burlábamos del estilo de hurgar en el dolor de la gente y preguntarle cómo se siente ahora que han asesinado a su hijo y era casi una broma entre periodistas porque era tan horrendo y tragicómico ver a periodistas sin ningún empacho en hacerlo. ¿Hasta cuando nos van a dejar en paz? Estamos hablando de una señora que la única persona que tenía en el mundo era a su hijo, que vivía ademas en el segundo piso de su casa. ¿No es suficiente con el vacío?, ¿con que esa mujer pasé el plumero a los libros y cosas de su hijo muerto?, ¿ con que le toquen la puerta y le pregunten cómo se siente?. Ya sabemos cómo se siente, hasta es una pregunta estúpida.

También se ha incluido y como parte de las investigaciones, la exhumación…

-El capitulo de la exhumación es el colmo, que una cadena de negligencias haya hecho que ahora sea necesario exhumarlo. ¿No se dieron cuenta antes que había que hacer pruebas forenses?, ¿no hay un Instituto de Medicina Legal?, ¿no saben los médicos legistas que tienen que hacer pruebas toxicológicas que deben indicar causa de muerte?, ¿qué tiene que ver si hay resto de piel en la uña para ver si hubo una pelea?, ¿no lo saben?. Entonces, ¿por qué no lo hacen? Hay una necesidad de guion, eso no se hace con la gente, con nadie.

¿Conocías hace muchos años a José Yactayo?

-En realidad, lo conocí como profesor cuando estudié en la Universidad de Lima. Dirigía el taller de radio, pero no entablamos una amistad porque era una figura distante. Cuando entré a trabajar a la ‘Revista Dominical’ me tocó laborar con él. Entablamos una amistad porque compartíamos una manera quizá medio sarcástica de mirar el mundo y nos divertíamos mucho editando. Las jornadas de edición de los programas dominicales son agotadoras, muchas veces entrábamos a editar a las 8 de la noche y salíamos a las 8 de la mañana. Era terriblemente desgastante, pero al mismo tiempo gratificante y emocionante contar una historia con lenguaje visual, buscar la mejor música, escribir allí, leer el texto y que no le gustara y volverlo a escribir. Fueron años fantásticos e inolvidables los que pasé como reportero viajando por el Perú y editando reportajes, modestia aparte, grandes reportajes.

Cada vez que se les antoja no me van a decir asesino, violador…

Anunciaste que vas a demandar a dos medios de comunicación que te vincularon a la muerte de José Yactayo

-Se trata de dos medios impresos. Sí, pienso que de alguna manera los periodistas tenemos que hacernos cargo de lo que decimos. Tenemos bastantes ejemplos de periodistas que han ido a la cárcel por irse de boca y, curiosamente, en mi conferencia de prensa tuve a mi lado a Ney Guerrero, quien estuvo preso por algo que ni siquiera él dijo.

No tengo ni intención ni espíritu de mandar a nadie a la cárcel, la conozco muy bien porque en estos últimos años he trabajado en ella y sé que es lo peor que le puede pasar a una persona. Pero también creo que ya estuvo bueno de que me agarren de trapeador. O sea, ¿cada vez que les provoca me van a decir asesino, violador? No pues, ya no. No soy un mocoso asustadizo que recién empieza en esto y que se va a atemorizar y orinar en los pantalones, al contrario.

Estás seguro que puedes conseguir la victoria con estas demandas…

-Se hará la demanda, y sí, estoy seguro, estoy convencido de que voy a ganar porque la propia investigación demuestra que lo que publicaron fue mentira, entonces qué van a decir ahora… ¿Se van a disculpar? No es suficiente y sobre todo cuando es sistemático. Tú puedes patinar, a cualquiera le puede pasar, tu investigación flaqueó y te equivocaste, pues ¿A quién no le pasó?, ¿pero si es una campaña?, ¿si es sistemática?, ¿si lo difundes todos los días o a lo largo de los años? ¡Me han atacado más de una vez y siempre como asesino, homicida… ya pues, cánsate! La única manera, en estos casos, y está científicamente demostrado, es golpear donde más duele y ¿dónde les duele más? En el bolsillo, allí les duele.

No entorpecí ninguna investigación

¿En qué consistía el documental que estabas preparando con Yactayo?

-Se trata de un documental sobre un taller de Literatura que dicté para los internos del penal Piedras Gordas 2 de Ancón. Pero con lo ocurrido, los planes se alteraron. Nuestra idea era emitirlo en el cine pero ahora ya no tengo nada claro. En su momento lo veremos terminado y creo que será una espléndida manera de honrar la memoria de Pepe. Es una película suya. Por el momento, pienso que debe seguir allí. Si estuviera pensando con criterio oportunista, voy corriendo y lo edito, pero no. No me siento capaz de hacer eso ni lo haré.

¿Se te vincula al caso Yactayo con la finalidad de entorpecer las investigaciones? ¿Hasta se llegó a hablar de complicidad?

-Yo no entorpecí ninguna investigación porque esta seguía su curso. Los policías seguían allí todo el tiempo y entré a la casa porque la mamá de Pepe me abre la puerta, no me metí por la ventana. Otros amigos y yo fuimos a interesarnos por el caso. Fuimos a acompañar a la señora que estaba sola y cada paso que di fue con el permiso de la dueña de la casa.

He estado sentado 10 horas (en su declaración). No conozco a nadie que haya estado sentado todo ese tiempo. Entonces cuando el ministro Carlos Basombrío que dice que cuando ellos ubicaron el teléfono ya tenían el caso resuelto. Sí, ¿en serio?. Entonces, ¿por qué me hicieron responder por diez horas si el caso estaba resuelto? No sé si es un exceso. Pudieron haberme tenido 20 o quizás 30 horas, pero cuando se cita con mucha bulla de por medio a personajes conocidos en un caso policial, hay que sospechar porque eso es un recurso usado con mucha frecuencia en épocas recientes. Citar a declarar a Gisela, a Andrés Hurtado, a Bayly, ¿para que sirve eso?.

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