Jimena Hernández
@njimenah
Hoy 6 de julio se celebra a los profesionales que moldean al país: los maestros. Hombres y mujeres que han elegido una carrera en la cual se necesita vocación para poder así impartir sabiduría a los niños y jóvenes.
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Hoy también se otorgaron las Palmas Magisteriales 2017, el reconocimiento con el cual sueñan los educadores, pues es el más distinguido en su rubro. No es para menos: reconoce su labor como educadores y también los logros en su carrera.
Este Día del Maestro se rindió homenaje a 17 educadores, quienes desde sus trincheras buscan mejorar la educación en nuestro país, formar mejores peruanos e impartir conocimiento. Perú21 tuvo la oportunidad de por conversar con tres maestros ejemplares: Idel Vexler (Amauta), Patricia McLaughlin (Amauta) y Rufino Chuquimamani Valer (Maestro).
“La educación es la llave para todo”
Patricia McLaughlin es irlandesa pero su corazón y proyectos están en el Perú, específicamente en Jicamarca. Hoy Patricia ha sido honrada con el máximo grado que hay para los educadores del país. Patricia es Amauta.
“Para mi esto es un honor tremendo porque estoy apasionada por la educación. Yo creo que la educación es la llave para que todos los niños puedan salir adelante”, dice Patricia, quien asistió a esta ceremonia acompañada por un grupo de alumnos de su colegio Fe y Alegría.
McLaughlin lleva 16 años en nuestro país y en su labor como educadora ha logrado que la pobreza no sea excusa para no triunfar: su colegio ocupó el primer puesto en matemáticas y el segundo en comprensión lectora en la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) 2011
Un mensaje que ella quiere compartir con los futuros educadores es que “la educación es la puerta que va abrir puertas, ventanas, etc y también sirve para poder tomar del mundo. Dios no tiene favoritos, el mundo es para todos”.
Patricia también tiene un mensaje para los educadores:* “Si uno logra motivar a los alumnos, ellos lograran hacerlo todo”.*
“Era un sueño y el día llegó”
Rufino Chuquimamani Valer ha culminado hoy una carrera que viene realizando desde hace 40 años. En todo ese tiempo ha perseguido las Palmas Magisteriales de Maestro.
Rufino llegó desde el Cusco para recibir esta condecoración y se la merece con todas las de la ley. Hace más de cuatro décadas, implementó en su labor como profesor la educación intercultural, impartiendo a sus alumnos educación en lengua quechua: “Yo he perseguido este premio desde hace bastante años, me fortalece como docente y pienso continuar en la lucha por la lengua y la cultura”.
Rufino no deja de aprender: ahora busca comprender otras lenguas nativas para seguir educando a sus alumnos de lo que se llama ‘El Perú profundo’.
El nuevo Maestro se encuentra emocionado por lo que ha logrado hoy, sin embargo en su mente aún están presentes los retos que tiene la educación bilingüe en nuestro sistema educativo: “La ley dice que en todo nuestro sistema se ofrece la educación bilingüe intercultural, pero eso es lo que se dice… en realidad aplicarlo es otra cosa. No hay maestros preparados, hay materiales pero no hay control. Lo que falta es la implementación y la capacitación”. El maestro que sigue estudiando busca incrementar la educación bilingüe intercultural.
“El aula te marca”
Idel Vexler, el ex viceministro de Educación ha completado los reconocimientos dentro de las Palmas Magisteriales. A sus 68 años ha obtenido el grado de Amauta, luego que a los 52 recibiera el de Maestro y a los 41 el de Educador. De esta forma, es la tercera persona en recibir el galardón en los tres grados en la historia del premio.
“Para mí es una gran satisfacción (el reconocimiento). Pero debo resaltar que yo he sido viceministro, he participado directamente en la Ley General de Educación. He sido gestor de educación… Más allá de todo esto, lo que a mí me marcado ha sido mi labor como maestro de aula”, comenta emocionado Vexler, rodeado de múltiples amigos y familiares que hacen cola para poder saludarlo y tomarse una foto con él.
Idel remarca que este premio es para él un estímulo y a su vez una razón para seguir contribuyendo a su patria. Ser maestro, piensa, es una labor muy noble y sacrificada pero lo importante es que trascienda.
Para este Amauta aún hay retos que afrontar como el de profundizar la carrera magisterial que está avanzando muy precariamente
“Se debe generar una posibilidad de esperanza para los educadores… para que sepan que a través de la carrera se puede llegar a un superación real con sueldo dignos”, dice, con la mirada seria, y la entrega de siempre.
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